VIVIRÉ LOS AÑOS QUE OTROS NO VIVIRÁN

Es increíble el número de muertes en recién nacidos, en jóvenes antes de los 40 y de mujeres antes de los 50. Longevidad ya casi no existe.

Mi bisabuelo falleció un poco más de los 100 años, mi abuelo a los 102 y mi padre a los 89. Mi estimación de años vida será de 80 al menos.

Cuando era un joven religioso de apenas unos 23-25 años algunos colegas profesores me decían que la vida de los "curas" no tiene problemas y que se vive muy bien. El tiempo me fue demostrando que no era así de cierto. Sin embargo, lo que siempre he creído, es que no importa si se es cura, casado, divorciado, viudo, soltero... La vida es un don recibido de Dios para vivirla con gozo y gratitud.

Comparto algunas ideas que me han servido de mucho hasta ahora:

1. Inicie cada día con una actitud positiva y decidida. Cada día trae sus propios desafíos y pruebas, entonces necesitamos emprender con decisión y positivamente las horas que vienen.

2. Añada un momento de oración antes de entregarse al trabajo o a cualquier actividad, aún sea un paseo o viaje de placer. Dé gracias a Dios por el nuevo día y la vida que llena sus pulmones de aire y confianza.

3. Aléjese de los espacios y personas negativas, bulliciosas y agresivas. Busque cómo reunirse con los amigos en un sano encuentro y disfrutar de recuerdos y planes nuevos.

4. No evada la oportunidad de hacer el bien. Si alguien le pide ayuda o colaboración, no dude en concederla generosamente. Recibirá mayor compensación si lo hace en secreto.

5. Aliméntese lo más sano posible, ría cuanto quiera, descanse al menos 7 horas, realice ejercicio o caminatas, controle sus enfermedades sin angustias, sea prevenido en el caminar, lea lo que guste y vaya al cine acompañado.

6. No conviene que vivencie experiencias, situaciones o escenas muy violentas, desagradables o que alteren su estado emocional o espiritual. Hay que ingerir grandes dosis de paz y compresión en mundo que los jóvenes desesperan y se confunden a menudo, y necesitan de nuestro consejo y apoyo.

7. Es una excelente ocasión para involucrarse en nuevos proyectos, en participar en la vida de la iglesia, en contribuir con nuestras grandes ideas y magníficas experiencias. Quien no entienda ni aprecia esto, no debería estar en un grupo de avanzados e innovadores.

8. Si padece de algún impedimento físico o de una dolorosa enfermedad, imagínese que somos como un candelabro que ilumina a otros mientras el aceite se quema. La vida es para entregarse, desprendiéndose, cargando las cruces... No importa lo elevada que sea la montaña que tengamos que ascender.

9. Hay cosecha buena y cosecha perdida. Pero aún cuando los hijos no han sido lo que uno esperaba, reconozca que siempre hay tiempo para levantar una buena cosecha, porque llueve cada año sobre justos y pecadores, pero es Dios quien da la gracia.

10. Y cuando el sol se oculta ya en la vida, que los lamentos ni las lágrimas le quiten el maravilloso encuentre con Dios. Por qué angustiarse o zozobrar? Haz de la vida un lugar bueno y feliz cada minuto, cada hora, cada día.

No se da cuenta que somos tan sólo viajeros en el tiempo. No llegamos para quedarnos, sino para continuar hacia un insondable lugar nunca visto por ojo humano. Allí donde no hay dolor, ni sed, ni hambre... Sino gozo en el Espíritu Santo.