VE HACIA ADELANTE CON LA MIRADA LIMPIA
- estradasilvaj
- 23 sept 2022
- 2 Min. de lectura
Con el paso de los años vamos perdiendo la pureza y asombro que vivimos en la niñez. En la adolescencia los ojos empiezan abrirse a nuevas realidades y espejismos, y en la vida adulta aprendemos a vivir.
Pero hay muchos hombres y mujeres que no logran aprender a vivir, y se dedican a malgastar su vida, destrozar la de otros y de perderse en un vacío.
Vivimos tiempos para buscar la profundidad y no quedarnos en la superficialidad, como esas hojas viejas y secas que vemos en las aguas o en verano u otoño caídas en el suelo.
A veces hay que desnudar el alma para que renazca, como los árboles en otoño, limpiarla de todo lastre.
No basta inmunizar nuestro cuerpo para resistir a las enfermedades. Hay que depurar nuestra vida interior de la maleza que anida en el corazón y en el pensamiento.
Nos asusta la muerte, pensar que podemos sufrir una enfermedad de la cual no sabemos qué tan fuerte será nuestro organismo. No veamos la muerte como un mal definitivo. Siempre hay un portal donde la luz nos da el aliento para sentir que la vida es generosa y en medio de la angustia, el miedo y el sufrimiento, la esperanza no se apaga.
Vivir con profundidad nuestra vida es recuperar esos años de la niñez donde veíamos un mundo siempre bueno y novedoso. Quizás, hayan muchos niños que no hayan tenido esa oportunidad.
Por eso, ahora ya mayores, podemos cambiar ese mundo tan desigual que vivimos. La desigualdad genera grandes injusticias, y éstas, enormes males humanos y sociales.
Vivir con profundidad es comprender que el verdadero amor pasa por el servicio honesto y sincero. La solidaridad sólo se explica por un servicio gratuito y de un amor desprovisto de egoísmo, chantajes y ambiciones.
Vivir con profundidad es buscar en nuestro interior la voz de Dios que nos invita a una vida más perfecta. Sí, cada vez mejor, cercana a su Palabra.
No deje de caminar hacia adelante con la mirada limpia. Despojada de laberintos oscuros, falsos espejismos y de una comodidad egoísta.
"Busquemos a Dios mientras pueda ser hallado" (Isaías 55,6).




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