¿TIENE PLANES PARA ESTE AÑO?
- estradasilvaj
- 8 jun 2022
- 2 Min. de lectura
No puedo iniciar un día, una jornada, un año sin un plan, sin avisorar algunas metas, sin pensar o soñar un final feliz.
Yo creo que Dios es un magnífico planificador; de hecho Jesús, su Hijo, es parte de un Plan de Salvación. Plan del que todos somos parte. Plan que continúa, que concluirá con su retorno y que nadie lo sabe ni lo sabrá cuándo será.
Trazarse metas es importante. Es como colocar una boyas en la inmensidad del mar. Es como enviar unos drones a lo largo de un mundo que cambia a cada momento.
No podemos prever todo, ni suponerlo, ni adivinarlo. Casi siempre todo esto nos sumerge en una nube llena de angustias, miedo, engaños e invenciones.
Vivir bien cada día es importante, vivir cada momento, cada instante con alegría y gratitud.
Muchos no lo hacen, no le prestan atención, están absortos en sus actividades, en otros planes mayúsculos, en problemas, aterrados y sumergidos por la desgracia, la riqueza, la ambición, la avaricia y el miedo.
Les diré amigos que el mejor plan es el que se hace con Cristo. Es decir, que a lo largo de lo pretendemos realizar, lograr, trabajar, invertir, crear... Tengamos presente a Cristo.
¿Qué significa eso? Pues bien. Cuando me levanto de la cama, mi primer pensamiento es dar gracias a Dios por estar vivo, por quienes me rodea.
Al desayunar, bendigo y doy gracias por los alimentos. Y así, en cada momento.
Al salir de casa y dirigirme a la jornada de trabajo, sea cual fuera, me encomiendo a Dios, y recitó el Salmo 22 del Buen Pastor, o cualquier otro Salmo.
Si tengo momentos libres, oro por los que necesitan de nuestra fortaleza y apoyo. Si tengo una tarea compleja, le pido a Dios luces, sabiduría y confianza.
Y así, cada momento, experiencia positiva o negativa... Podemos transformarla en manos de Dios.
Al regresar, antes de pasar el dintel de la casa, dar gracias y bendecir el nombre de Dios. Abrazar a la familia, bendecir a los hijos y nietos, aunque ellos no lo entiendan.
Antes de ir a dormir, quedarme a solas un momento y disfrutarlo orando, rezando la Liturgia, el Santo Rosario, o meditando. Oportunidades no faltan para estar con Cristo.
Si yo te dijera mis planes... No dudaría saber que me apoyarás en algún momento. Porque, para hacer el bien que Dios quiere, escuchar la Palabra de Dios, comprender su Voluntad, hay que detenerse un poco.
Ah!, ¡en mis planes tengo tu nombre!
Dios bendiga tus planes y haga brillar su Luz en ellos.



Comentarios