SOBRE EL VIENTO DE LA NOCHE
- estradasilvaj
- 7 jun 2022
- 2 Min. de lectura
Ya es noche Señor, y el viento va y viene, frío y bullicioso entre las hojas y ramas de los árboles que se doblan.
El día se acaba y con él se han quedado los recuerdos y esfuerzos de tareas y obras realizadas.
Extiendo mis manos al cielo y clamo tu nombre:
"Padre mío, Señor Dios Todopoderoso aquí estoy ante ti. Tiemblan mis huesos por el frío de la noche y mis labios secos exhalan mi aliento.
¿Qué merezco para seguir un día más? Mira mis pobres obras que sin otros no serían nada. Qué cielo merezco para que te fijes en mí.
Mi corazón y mis pensamientos están cargados de rostros de dolor y angustia, de muchos que me imploran salud, trabajo y justicia.
Las cuentas del Rosario no me alcanzan y mis dedos se endurecen tanto que duelen. No desisto Amado mío, no puedo hacerlo si a mis oídos llegan sus llantos y quejas. No puedo conciliar el sueño sabiendo que la esperanza permanece viva para quien sufre
De nuevo mañana recorreré el tiempo, hilando vidas pequeñas y grandes, llevando a veces mis manos vacías.
Padre mío, no me dejes solo, sin saber de ti. Haz que aquellos que puedan me apoyen porque yo solo no lo lograré.
Toma mi vida y haz de ella el barro para tu iglesia, para que los ladrillos den cobijo al solitario y desnudo, pan al hambriento, seguridad al perseguido, salud al enfermo, paz al angustiado, amor al odiado...
No perderé mi y confianza en ti Señor, aunque no tenga que comer más que pan y granos, que beber agua y dormir unas pocas horas.
Deseo el Cielo no sabes cuánto Dios mío!, donde estás tú y trabajo con amor para llevar a muchos.
Qué debo arrancar de mi para ser limpio y puro y ganar tu favor?
Por entero me entrego a mi Señor, haz de mí lo que quieras, hágase tu voluntad y no mis caprichos.
Tan sólo en ti podré descansar para siempre. Amén."



Comentarios