SIEMPRE SE GOLPEA AL MÁS RECTO

"Hubo un varón en tierra de Uz, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado del mal". (Job 1:1)

La desigualdad e injusticia social e individual no es el camino de las personas rectas.

La figura de Job en la Biblia es la del hombre o mujer que es íntegro y camina rectamente.

Nuestra sociedad se aleja tristemente de ese ideal, de ese modelo humano tan necesario para una convivencia social.

Hoy se aplaude al injusto, al mediocre, al falaz, al mentiroso, al adúltero, al ladrón, al perverso... Y se castiga al inocente.

Cuando camino en las aceras de las calles y paso por los callejones de los barrios veo la pobreza en las mesas, pero también en los rostros muchos espíritus quebrantados, sin esperanzas. Demasiados hogares con hijos perdidos.

Las pruebas y crisis en la vida son para que crezcamos como personas, para que rompamos esos moldes que nos tienen esclavizados, para que no tengamos miedo de cualquier situación que nos oprime.

Un sistema que oprime al pueblo, al más humilde, al pobre, al anciano, al enfermo, al hogar sin pan ni trabajo es un sistema que hay que deshacerse tan pronto sea posible. Porque es injusto y opresor.

Los cristianos tenemos un mandato por nuestra fe en Cristo y es convertir el mundo en un lugar para Dios.

No seré parte de un sistema que oprima al pobre, que golpea al que es recto y justo.