SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME

"Sí quiero", dijo Jesús, y al momento el leproso quedó limpio.

Jesús siempre está dispuesto a liberarte de las cadenas de la enfermedad y el dolor.

Hoy vivimos en medio de toda clase de enfermedades y dolores que angustian y ponen a prueba nuestra fe.

Hay quienes se refugian en el alcohol o las drogas, otros en la violencia y el crimen, y quienes viven de la corrupción y el engaño. También, hay quienes se esconden en sus riquezas y bienestares.

La religión es un subterfugio para quienes han perdido esperanzas o para aquellos que buscan respuestas a sus incógnitas.

En este encuentro del leproso con Jesús, es el hombre excluido de todo derecho que sale a su paso. Jesús se halla en una sociedad como la nuestra que continúa excluyendo a quienes no piensan ni están de acuerdo con nuestros proyectos, de marginar a viejos e inválidos, de negar el derecho a la vida de indefensos niños y de someter a la esclavitud y explotación a las mujeres.

La lepra también ha contaminado a las instituciones, y se extiende como epidemia. Su nombre: Corrupción.

Quién se considera limpio? Quien está libre de la enfermedad y el dolor? De los males que aquejan al mundo contemporáneo?

Jesús está dispuesto a sanarte, a romper con esas cadenas. Sal al encuentro de Él y dile: "Si quieres, puedes limpiarme".

Pero necesitas que estés dispuesto a ser sanado, a creer en su Palabra, en el Hijo de Dios.

Sólo asi vivirás como hombre o mujer libre, sano en un mundo enfermo.