SI PASAS POR EL INFIERNO, SIGUE ADELANTE Winston Churchill
- estradasilvaj
- 30 oct 2022
- 2 Min. de lectura
Lo peor en los momentos difíciles es perder el valor. Cada uno vivimos tiempos complicados. Cuando somos pequeños, las enfermedades y quizás, la escuela o el hogar. Cuando adolescentes, los cambios y los sueños locos. Cuando jóvenes, el ímpetu y los deseos de grandeza y heroísmo. Cuando adultos, arrastrando los errores y los viejos cajones de derrotas. Ya en la vejez, mirando al pasado que ha quedado como hojas viejas en el jardín. Comparar el pasado con el presente es como perder de vista el futuro.
Hay muchos que han perdido la fe y las esperanzas de un mundo mejor, de un país sin violencia y tiranías.
Todo pasa, lo que queda es el cambio. Recuerdo a Heráclito de Éfeso que decía "que todo fluye, somos y no somos". La vida es un permanente cambio y nuestra actitud es apropiarnos de ese poder que está en cada uno, descubrirlo y emplearlo para alcanzar nuestra propia plenitud.
Perder la fe y las esperanzas de un mundo mejor es negar nuestra naturaleza de alcanzar las altas cimas, de transformar lo que es posible de mejorar.
Churchill decía que "si pasas por el infierno, sigue adelante". Los británicos como muchos europeos atravesaron la peor tiranía jamás vista, el nacismo. Jamás se dejaron vencer, porque el valor estaba en ellos mismos.
Quizás en algún momento de nuestras vidas nos parece estar en el infierno: en una guerra civil, en un terremoto, inundación, accidente de tránsito o aéreo, tormentas, incendios, cáncer o enfermedad... Hay tantas adversidades en el camino.
Sigue adelante, no pierdas el valor. Lucha, aférrate a la vida porque es un don precioso. En ese sentido, no olvides de practicar los buenos hábitos que has aprendido en estos meses pasados. No olvides de consolidar a tu familia, apoyar y aconsejar a tus hijos y nietos, de invertir en lo que abre las posibilidades de mejorar tu situación económica, de arriesgar a emprender algo nuevo...
En el interior de cada uno de nosotros existe un manantial que fluye, aunque pasen los años: el amor. No dejes de hacer el bien.
Si tienes oportunidad de ayudar al que te pide, no le des la espalda. Apóyalo aunque con poco, porque lo importante es dar la mano a quien está caído. Y hay tanto caídos, desconsolados, solos, hambrientos, tristes y enfermos. Ellos nos necesitan.
Así que, sigue adelante. No te detengas, pues no estás solo.




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