SABES QUE TE AMO
- estradasilvaj
- 7 jun 2022
- 3 Min. de lectura
"Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te quiero" (Juan 21:17)
Se han puesto a pensar en la fuerza del amor? Los Evangelios y las Epístolas de Pablo y de Juan nos hablan de su significado.
Pues inspirado en el diálogo entre Jesús y Pedro cuando se les aparece en el lago Tiberíades mientras ellos pescaban, les comparto esta experiencia muy reciente.
Tenía más de cinco años de no encontrarme con unos seres queridos. Siempre decía que los visitaría y no ocurría. Se dio la oportunidad y dije: "Está vez sí iré".
Todo sucedió muy rápido. Avisé con pocas horas de anticipación, tomé el bus y me encaminé.
No imaginaba cómo estarían, pues habían ocurrido muchas desgracias. El camino se hizo largo, más de lo esperado. Fui reconociendo los parajes hasta que di exactamente en el lugar. Estaba emocionado. Era ya más de mediodía. El sol era inclemente.
Todo había cambiado, excepto la vieja casita. Era un mundo de gente, pequeños por doquier y aquellos niños y niñas que había conocido muchos años atrás ya eran adultos y con familia. Ellos me reconocieron, pero a mí me costó francamente. Cuán crecidos estaban!
Tenía que visitar varias casas y caminar largo trecho entre una y otra. Eso era lo de menos.
Cada día visitaba a dos de mis primas y tías muy queridas. No sé porqué las lágrimas no llenaron mis ojos esta vez. Todo era una gran alegría y ellas se esmeraban en atenderme. Qué hermosos gestos!
Traté de no darles más trabajo del que ya tenían. Me sentí muy cómodo y los momentos fueron extraordinarios. Tan extraordinarios que siempre hablábamos de Dios, de sus maravillas, de las esperanzas de los ancianos, de las pruebas y de la confianza en la voluntad de Dios. Qué a gusto nos sentíamos!
Y es ahí donde quiero llegar. Esas personas que bien nos conocíamos, nos seguíamos amando como cuando éramos pequeños.
El verdadero conocimiento y la aceptacion del otro nos hace amar siempre. A Dios no lo conocemos, sino a través de su Hijo.
Un amor verdadero se coloca por encima de nuestras debilidades y flaquezas. Y si se ama de verdad, profundamente, se perdona.
Pero no es un amor comúnmente humano, aquél que estamos acostumbrados cada día. Es algo que va más allá.
Ya se dio cuenta de la pregunta que por tres veces se la dijo a Pedro: "Me amas?". Y le dice además: "Apacienta mis ovejas'.
El amor es también una responsabilidad fundamental en la vida cristiana y humana. Es una misión especial, directa encomendada por el Maestro.
Esos días cortos que estuve entre ellos, los consideré una misión. Y regresé con otra misión mayor: "Continuar llevando a Cristo a toda persona posible". Con la Palabra, el testimonio y la oración.
"Tú lo conoces todo", reconociendo Pedro la razón de su repetida pregunta. Pero a Jesús quien conocía el corazón de este hombre, le dio un encargo que a ninguno de los otros Apóstoles dio.
Nosotros como cristianos hemos recibido por el bautismo y la confirmación, por el Espíritu Santo también la misma misión de los Apóstoles. No la de Pedro.
La despedida fue rápida, como aquel momento que Jesús, el Cristo tenía la hoguera lista para los frescos peces capturados. Les dio su pan y aunque sus corazones sabían que era el Señor, les llenaba de pena el decirlo o preguntárselo.
Regresé a casa con el corazón agradecido y lleno de alegría. Una gran dicha había llenado mi vida, como la que ellos sintieron al abrazarnos.
"Señor, tú lo sabes todo. Sabes que somos infieles pero que nuestro corazón permanecerá inquieto hasta encontrarte de nuevo; de amarte sin barreras ni mezquindades. Somos frágiles, pero tu amor es mucho más poderoso y leal que el nuestro.
Señor, sabes que te amo. Ayúdamos a amar por encima de nuestros pecados, cada día, en los pequeños gestos. Amén."




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