SABER ESPERAR

Somos muy impacientes en la espera, nos produce ansiedad. Hay algunos que desesperan y cometen errores, otros que exponen su vida al peligro; y no falta quien se levanta y se va. Adviento es tiempo para quien sabe esperar, aguardar el momento más deseado.

Tiempo para orar con profundidad de corazón, no con muchas repeticiones. Tiempo para reflexionar todo un camino andado durante once meses y evaluar nuestros logros y desaciertos, porque no todo está perdido ni todo logrado.

Tiempo para reencontrarse con quienes hemos olvidado y darles la mano. Tiempo para amar con intensidad y de perdonar con sinceridad.

Tiempo para compartir lo poco o mucho que tengo, y no de malgastarlo como el hijo pródigo. Tiempo para apoyar sin desconfianza a quien sé que hace una buena acción por muchos que poco o nada poseen.

Tiempo para sanar nuestras heridas y reconocer que soy de carne y hueso, que necesito del más humilde.

Tiempo para lo que siempre olvidas y dejas de último. Tiempo para que abras tu corazón a Jesús, pues buscando está donde nacer. Déjalo entrar y verás que tu vida nunca más será igual.