RESCATANDO AL DESVALIDO

Cada vez los abandonados, los empobrecidos, los huérfanos, los enfermos... Los niños y ancianos, aumentan. Desde hace ya hace algún tiempo, los de tercera edad y quizás, más de algunos de nosotros en nuestras familias, desempleado, atribulado, marginado, despreciado... Vivimos muchas penurias y pobreza.

Hay una tendencia hostil hacia las organizaciones civiles sociales humanitarias y de desarrollo y asistencia hacia grupos desfavorecidos social y económicamente. Hay también una profunda fragilidad en cuanto a los derechos humanos por todas partes.

La balanza se ha inclinado hacia el dinero y el poder (dominio) privilegiadamente que hacia la humanidad y el cuido del hábitat.

Las misiones, los programas y protección de las capas sociales cada vez más grandes en nuestros países desaparecen, mientras miles viven en condiciones deplorables, con graves consecuencias de sobrevivencia y salud humanitarias. Hay un retorno intencional y maquinado a la ignorancia popular, a las migajas políticas, al oscurantismo social y al resquebrajamiento de todos los valores y principios morales y religiosos.

Los cristianos no podemos cerrar los ojos ni dar la espalda a la crueldad que se fragua, al dolor y el hambre de muchas familias, a la fragilidad de la niñez y adolescencia que enfrentan en su crecimiento y maduración graves peligros.

Somos parte del rebaño del Señor. No dejemos que las ovejas más frágiles, nuestros hermanos, sean presa de lobos, caigan al abismo o mueran de hambre.

Si somos una Iglesia que ama y cree en Jesucristo, no podemos dejar que nuestro corazón se enfríe y vivamos ausentes en un mundo que nos necesita.

Algunos granos de arena ayudan; son unos pequeños granos que contribuirán a mantener a salvo la casa, a edificar la vida y dar un rayo de luz y esperanza para quienes la adversidad es exponencialmente mayor.

En esta causa, que es la del Señor Jesús, he consagrado mis brazos y pies, mi corazón y pensamientos... las fuerzas que Dios me da para mostrar que no estamos solos y que el amor humano está por encima de todo lo demás.