RASGANDO LOS CIELOS

Cómo llevar mi alma con denuedo por los pasadizos de un mundo sumergido en el olvido.

Cómo abrazar a los niños sin que se quebrante su gozo y pureza como un cristal forjado por tus manos santas y benditas.

Hay quienes no olvidan un mal pasado y el dolor a veces de un amor perdido les arrastra como las aguas de torrentes de nostalgias y tristezas.

Al mar abierto y sin playas donde atracar, donde dejar los abandonos y miedos... Me envuelven las olas de mares desconocidos entre tormentas y noches sin amaneceres.

No dejes tu alma sola. Deja tus pesares y mira a lo alto.

Rasgo los cielos para hallarte oh Dios amado, navego entre ciénagas y vientos helados.

Abrazo el amor entre la calidez y el tímido pensar. Entre mis manos se fuga la cólera y la desesperanza.

No temas amigo mío, que también los amores pasan y la vida nos lleva como nave entre destinos y sueños.

Olvidarte no puedo amiga mía, que deshecha por el sufrimiento que arranca tus carnes se escapa el tiempo vivo.

Cómo decirte lo que siento? Cómo abrazarte quiero y caminar por los suelos de un pasar sin tormentos.

No te engaño si te sigo que no vale la pena sufrir sin lágrimas. No te quito la espada que hiere tu alma bella.

No te engaño que el amor no está lejos. Que amando es como llegamos al Cielo, rasgando el tiempo perdido entre nubes y lluvias, entre soles y lunas.

Cómo decirte que a tu lado estoy, que el amor no es sendero vacío y oscuro.

Hazme mano y abrazo para aquellos oh Dios mío, que sus labios no besan, su boca no habla, sus ojos perdidos ven y el corazón amarrado, latir quiere.

Escucha mi voz, porque mi plegaria no es eco ni címbalo. Tan sólo es el deseo de una vasija que llenar quiere de tu infinito ser.