QUÉ ESTÁ OCURRIENDO EN EL CORAZÓN HUMANO?
- estradasilvaj
- 7 jun 2022
- 3 Min. de lectura
Creo que está sucediendo un cambio importante entre muchos otros quizás: el respeto a la vida, si se ha tomado en serio la amenaza que estamos atravesando todos.
Quienes han desoído, tarde o temprano lo pagarán con el sufrimiento.
Hay quienes llevan dos o cinco meses guardando los cuidados sanitarios para no ser contagiados. Ya se empieza a cansar la gente de vivir a puertas cerradas. Ya empezamos a sufrir carencias en casa y la necesidad de encontrarse los unos con los otros.
Al iniciar esta semana dije que la dedicaría a la Misericordia. Es decir, a no abandonar a aquellos que quizás nadie se acuerda. Lo he hecho en silencio, sin selfis, ni vídeos, ni aviso previo. Porque, cuando uno quiere hacer el bien lo hace pensando que es obra de Dios y no nuestra.
Uno de los gestos más significativos para mí a raíz de esta situación que nos tiene resguardados, es el respeto al otro, o sea, al más próximo.
Ya la violencia en la familia, hacia la mujer y hacia los hijos deberían quedar atrás. Los abusos, amenazas, chantajes, acosos y mentiras deberían sustituirse por la amabilidad, el diálogo sincero, la honestidad, la franqueza y el amor verdadero.
Una adolescente de apenas quince años me ha dicho que no cree en el amor verdadero, menos viniendo del hombre. Lo ha dicho porque ha visto que su padre le ha pegado a su madre y a ella. No se lo perdona.
Si no somos capaces de cambiar la manera de vivir en casa, entonces, no hemos aprendido nada. Te has convertido en una amenaza aún peor que el mismo Covid-19 o cualquier otra forma de destrucción de la vida humana.
Voy al mercado y a la tienda de alimentos con frecuencia. Casi todos caminan como si nada estuviera sucediendo.
Me doy cuenta que los empleados son más amables, que hay ventanas protectoras y alcohol al entrar... Que hay gente que camina como si nada ocurriera, y otras que se han tomado en serio las precauciones.
En bancos y agencias han modificado las formas de atención y despacho, y estamos aprendiendo a ser pacientes y tolerantes.
En los buses, son pocos los que llevamos mascarillas y tenemos cuidado con las recomendaciones sanitarias. Pero, la mayoría no atiende las medidas y distanciamiento social. Es un pueblo de cabeza dura, sin conciencia y absolutamente irresponsable.
Sin duda, el impacto de este virus no se sabe con certeza cuan grave es y será.
Cada noche medito y pienso que Dios es tan misericordioso bueno con nosotros para que no veamos horrores. Todavía más, de los que hemos vivimos bajo la ignominia de este régimen del mal.
Y me digo a mí mismo: "De algo están sirviendo nuestras oraciones y ruegos a Dios y a la Madre de Cristo."
De lo que lamento mucho es de no poder comulgar. El sacerdote me ha dicho que puedo ir al Sagrario. Siento un vacío en el alma.
Como escribí hace poco: "Me iría mañana mismo a un convento, pero esto asido de las manos por un montón de niños, que mi corazón se achica."
La vida humana es tan sagrada como el mismo planeta y demás seres vivientes. Ojalá comprendamos bien este principio. Es tan sagrada como el agua, la luz, la tierra, los ríos y lagos... Porque en fin, si Dios mismo lo vio "bueno", por qué nosotros lo hemos hecho mal?
Tiene que cambiar nuestro corazón... Nuestra forma de vida ahora mismo.
No los olvido al anochecer.



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