ORAR DE RODILLAS
- estradasilvaj
- 7 jun 2022
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La postura para orar es aquella que vaya con los actos que deseamos realizar ante la presencia de Dios.
En varias religiones se practica de rodillas, de pie, cerca de un muro como los judíos, moviendo la cabeza y el tronco hacia adelante y atrás, boca abajo, con los brazos hacia arriba agitándolos, cantando, saltando, repitiendo frases, diciendo palabras incomprensibles, en silencio...
En lo personal, cuando realizo mis rezos diarios lo hago sentado, en un lugar apartado o aposento; y de rodillas, cuando estoy frente al Santísimo Sacramento, o alabando e implorando a Dios.
Cuando oro de rodillas siento que todo mi cuerpo está unido a mis pensamientos y palabras. Es un hermoso acto de humillación y de reconocimiento que Dios es Dios y mi Padre.
En la Biblia encontramos muchos muchos momentos: Jesús se arrodilló ante el Padre (Lucas 22,41), en oración suplicante, como lo hicieron Esteban (Hechos 7,60) y Pedro (Hechos 9,40) y Pablo (Hechos 20,36; 21,5; Ef 3,14).
De pequeños nuestros padres nos enseñaban a orar de rodillas al pie de la cama antes de dormir.
Yo recomiendo orar de rodillas por tres razones:
1. Acto de humildad 2. Acto de integridad 3. Acto de abandono
No sólo reconocemos la misericordia divina, sino su poder y su señorío.
Todo nuestro ser se une en la oración: cuerpo, espíritu, pensamientos y palabras.
Orar así, es depositar nuestra confianza en Dios, abandonarse en sus manos.
Oh Dios, tú me conoces. Purifíca mi alma y habita en mi interior. Porque contigo nada temeré y nada me será difícil. Bendito y Alabado sea tu Santo nombre. Hazme instrumento de tu paz y de tus maravillas. Amén.



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