NUEVA NACIÓN
- estradasilvaj
- 13 jun 2022
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«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» (Juan 20:29)
La lluvia parecía arreciar. Se coló un filo de sol entre las nubes y me dispuse a caminar con presteza para no llegar tarde a la cita.
Casi todos estaban. Me pidieron que pasara adelante e hiciera la oración. Inclinamos nuestras cabezas y oramos juntos.
Esta vez la sala estaba llena y sentí una gran responsabilidad al dirigirme a tantas personas que esperaban escuchar mis palabras. Así que había anotado lo que iba a decir en pocas hojas. Di un paso adelante y dije:
"Amigos, hermanos les agradezco que hayan venido y la confianza de atender mis palabras. Sé que en ocasión pasada les dejé inquietos y quizás hasta preocupados. Pues, les pido que sus corazones no se turben.
Recordaba al apóstol Tomás, el incrédulo. Yo muchas veces soy también un incrédulo, porque la duda es compañera de la verdad. La búsqueda de la verdad última siempre ha sido una motivación presente en toda mi vida. No me gusta convivir con mentiras y medias verdades. Desprecio al mentiroso.
La sociedad del hoy vive de mentiras y eso debe acabar. Porque la mentira crea una nebulosa de dudas y engaños, y nadie confía. No se puede construir y edificar sin confianza. La confianza une y nos da esperanzas.
No pienso decirles todo hoy, porque hay mañana y después de mañana. Les compartiré cinco reflexiones que nos pueden ayudar edificar una nueva nación.
Jesús estaba edificando una Congregación, una Iglesia y eso le llevó tiempo. Tiempos muy complejos aquellos, tiempos difíciles los que ahora vivimos. No por ello, imposibles de cambiar.
1. Edificar una nueva nación requiere tener fe, como aquellos que sin ver, han creído que el Maestro estaba vivo. Un país nuevo exige hombres y mujeres con principios y valores fuertes y firmes. No se puede dejar en manos de cualquier gente la dirección de un país. Son muchos los que quieren ocupar la silla, pero el peor error es colocar a un embustero, criminal o ladrón.
El gobernante debe tener visión clara hacia donde dirigir una nación y de entender los profundos cambios que se requieren. Porque los problemas no lo resuelve el dinero o préstamos, sino la capacidad de poner al pueblo a trabajar honestamente y contribuir a la solución.
Y de ello podemos encontrar ejemplos muy buenos en la Biblia y en algunos países.
A veces es necesario dudar de las promesas y bonitas palabras, pues detrás de ellas se podrían esconder grandes mentiras y trampas.
2. Limpiar la casa. No se puede ordenar el desorden y caos, si la casa no se empieza a sacar todo aquello que está podrido y huele a corrupción. Hay mucha gente buena, fiel y capaz sin trabajo que harían mejor contribución que aquellos que han estado ocupando un puesto sin ningún buen resultado.
Jesús decía que el vino nuevo no se pone en odres viejos (Mateo 9:14-17), porque sino beberíamos vino añejo. Una nación requiere instituciones y líderes nuevos.
3. Separar el servicio a Dios de los fines mundanos. Separar la autoridad divina de la autoridad civil. Bien lo expresó Jesús mismo cuando los sacerdotes y fariseos quisieron confundirlo ante la presencia de la autoridad romana y el pueblo, repondiéndoles con estás palabras: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios" (Mateo 22:15-21) sujetando el denario entre sus dedos.
No debe mezclarse la autoridad civil con la autoridad divina. Hay dos niveles diferentes. Hoy vemos con que facilidad líderes políticos utilizan palabras sagradas para seducir, engañar y hacer creer a la gente que lo que hacen es una "obra de Dios". Semejante aberración!
También, se escuchan de predicadores, estudiosos de la Biblia o teólogos y pastores utilizar palabras sagradas para justificar actos políticos o cuestionables actos humanos.
Dios está por encima de todo y debe ser la luz que nos ayude a hallar la verdad y practicar la justicia y el bien.
4. Proteger la familia para reconstruir una nación libre de falsas y vulgares ideologías y movimientos sociales sin valores. No se debe admitir pensamientos que degeneran las sanas relaciones humanas y convivencia social.
La educación y protección de los niños y adolescentes es una prioridad, y éstos han de ser alejados de cualquier sistema educativo ideológico que siembre en la mente y espíritu de ellos una visión humana, social, espiritual contraria a la naturaleza humana y a los valores cristianos.
Por lo tanto, la renovación integral del sistema educativo es una prioridad, como la cuidadosa selección de los educadores y responsables de centros educacionales.
Muchos de los males que sufren niños, adolescentes y jóvenes provienen de una educación versada en la obscenidad, el desorden, falta de disciplina y deprimente calidad de la enseñanza.
5. El buen uso de la libertad humana. Ya desde principios del origen del ser humano hemos conocido las consecuencias del mal uso del libre albedrío.
La libertad humana exige disciplina y control del libre albedrío. La libertad está en la naturaleza humana como un don al servicio de la felicidad y realización del ser humano. Por ser connatural, es preciso educarla desde el nacimiento y desarrollo de toda persona. De no ocuparse de ella, el niño se convertirá en un ser prisionero de sus deseos y pasiones, de sujetarla a la fuerza o reprimirla, en un esclavo.
Ya vemos con mucha frecuencia cómo las tiranías y los totalitarismos avasallan, conquistan y esclavizan a pueblos enteros, y con impotencia observamos que muy poco sirven las leyes y Organismos mundiales.
Toda tiranía y totalitarismo debiera erradicarse sin perder más tiempo, porque las vidas humanas suman...".
Me detuve ahí. Pensé que había dicho mucho y dejar el resto para otra ocasión era lo mejor. El temporal se había adueñado de las calles.
Fue tiempo del café para luego pasar a reflexionar juntos.
Aquella tarde lluviosa había enfriado mi sangre encendida de tanta barbarie que ocurría impunemente.




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