NOS FALTA APRENDER DE LOS HUMILDES
- estradasilvaj
- 8 jun 2022
- 3 Min. de lectura
"Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava." (Lucas 1:46-48)
Recordemos quien era María. Una joven mujer, muy joven entregada al servicio de Dios que amaba a sus padres. De hecho ella llegó cuando sus padres ya eran ancianos.
A quien buscó Dios para cobijar a su Hijo, para que naciera de una mujer que reuniera los valores y las cualidades para que el pequeño aprendiera nuestra humanidad, Una mujer de pueblo, la más humilde y sencilla.
Las personas humildes nos pueden enseñar muchas lecciones de vida. En la conmemoración de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, la madre de Dios, quiero compartirles algunos pensamientos para nuestra vida cristiana.
1. Estamos acostumbrados a pensar que ser humildes es una vergüenza, una bajeza, algo indignante e indeseable. Porque creemos que es una forma de vida llena de tristeza, pobreza y dolor. No es así.
"...porque ha mirado la humillación de su esclava" (Lucas 1:48)
Ser humilde es vivir una vida sencilla, sin lujos innecesarios, sin la preocupación que nos envuelve en llenarnos de cosas materiales que nos esclavizan día a día.
Ser humilde es abrir cada día el alma, el corazón a Dios para que nos llene de su fuerza, calor y luz. En la práctica de la oración diaria nos daremos cuenta que eso es posible. Dios es un ser que lo encontramos porque está allí.
2. La humildad no es un mito religioso ni una tonta practica que nos conduce al sometimiento. Todo lo contrario. El humilde es capaz de liberar, no es un esclavo, no se deja atar ni engañar fácilmente. El hombre o mujer humilde no es un ignorante.
"El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación." (Lucas 1:49-50)
Cree en el poder de Dios, confía en él , y sabe que su misericordia va más allá. Más allá del tiempo, del especio, de la sangre.
El humilde nos enseña a caminar con pasos seguros, sabe adonde se dirige y si el camino se hace duro, haya en él los motivos suficientes para seguir adelante. Porque la meta final es Cristo.
3. Conoce quien es Dios y sus hazañas
"El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos " (Lucas 1:51-53)
La persona humilde no teme. Ha leído la historia sagrada y conoce de las hazañas de un Dios que siempre ha estado con el ser humano, aunque éste le fallara una y otra vez.
Esas proezas del pasado tarde o temprano se repetirán: los soberbios de corazón serán dispersos, los poderosos derribados de sus alturas, y los humildes enaltecidos, el hambre de los hambrientos saciada y los ricos marcharse sin nada.
Ese modelo del consumismo que vemos en cualquier sistema social de cualquiera país rico o podre, dejará de existir. Es un modelo que rompe con el Evangelio.
4. Dios no abandona, nunca lo hace
Por costumbre cuando atravesamos una mala racha, tragedia o fracaso... le echamos la culpa a Dios.
"Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." (Lucas 1:54-55)
Dios no es un ausente. Auxilia, se acuerda de su misericordia porque lo ha prometido y lo hará por siempre.
Hay miles de personas que no creen en esta promesa, que no rinden su corazón a la misericordia de Dios, que creen en otros medios.
A lo largo de mi corta vida, te aseguro que las veces en que me he encontrado en peligro de muerte, pruebas y tentaciones... Dios ha estado a mi lado. Lo que faltaba era hablarle, tomarle la mano y escuchar dentro de mi corazón su Palabra viva,
Estos días me he encontrado con varias personas humildes, pobres, muy pobres. Porque también hay pobres orgullosos y sin humildad.
Te invito a vivir la humildad que Cristo nos enseñó: De no ser el primero, sino el último. De servir, y no ser servido. De no ser el maestro, sino el amigo. De dar más y no de lo que no te sirve o sobra. De dar gracias por lo que tienes y no renegar. De amar al sucio y hediondo, porque lo puede lavar y vestir.
Mira esa flor que ha nacido en la orilla de la calle, sola, sin mucha tierra y agua. Es bella, fuerte y nos muestra su hermosura. Es tan humilde y sencilla que vemos en ella belleza y talento, vida y amor.
No dejes que los colores, lociones y las excentricidades te nublen la razón y el corazón.
La vida es mucho mejor cuando es más sencilla y libre de toda vestidura pasajera. Porque todo pasa, y vivir el momento es tan solo perderlo como el viento. Hay mejores momentos que perduran mucho más.



Comentarios