NO SOMOS HUÉRFANOS
- estradasilvaj
- 17 sept 2022
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No hemos nacido sin madre. Nacimos en una patria, llena de belleza y gente diferente y llena de vida y sueños, de colores y lenguas, de valor y trabajo.
¿Qué es la patria? ¿En qué la hemos dejado convertir? ¿A quienes se la hemos entregado?
La libertad es un manto sagrado para todos. Sin ella, somos esclavos de cualquiera.
Al celebrar las festividades patrióticas, recordando nombres de ilustres hombres, cantando nuestros hermosos himnos, ondeando en lo alto la bandera, la única vestida de azul, blanco o rojo, se hincha nuestro corazón de nacionalidad. Los lagos y volcanes brillan con la luz de sol naciente y la madre tierra, nos llena los canastos de frutos, enjundias y vegetales frescos.
Son bellos días que nos vestimos de azul y blanco, nos miramos y abrazamos como hermanos.
Los barrotes del opresor se caen de vergüenza e indignación ante la furia del pueblo libre. La ignorancia y vulgares mitos y actos se arrastran en el lodo de sus injusticias y rapiñas
No somos huérfanos, porque nos une la sangre roja del negro, indígena y blanco. No lo somos, porque nadie puede vivir esclavo del yugo de los que someten al hambre e ignorancia a los más necesitados.
Es tiempo de arrancar nuestra apatía y miedos, de gritar y juntos, despojar al necio e insensato de su innoble título.
Son vientos soberanos, donde la ley sirve al hombre y mujer por igual; hay tormentas que se llevan a los que oprimen y asedian al pueblo.
¡Ay de aquel que llenando su boca de sucias palabras y manoseando las leyes promulga injusticias, será condenado una y mil veces a terribles tormentos!
Tomo la era y surco la tierra de mi patria sembrando nuevos hijos para una patria nueva. Un lugar donde brille el sol para todos y la justicia que viene de Dios, llene los corazones caídos y melancólicos.
Al caer la tarde del día, mis ojos fijos en el Señor que ama a su pueblo, cantará con nosotros, cantos de liberación. Y, entonces, la sedición, la abominación, la maldad y el crimen serán condenados a la oscuridad para siempre.
Bendita la Patria, bendita la hermandad y la mesa que nos reune alegres con vítores y cantos de acción de gracias.



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