NO ME DEJES EN EL OLVIDO
- estradasilvaj
- 29 nov 2022
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Estaba sola. Había crecido entre el cemento, en medio de la nada y con la amenazas del día y de la noche. Sola y bella.
Nathalie es una bella niña de apenas seis años, cuyos padres se separaron. A ella la cuida la abuela.
Todos los días me la encuentro al regreso del colegio; a veces sola, otras acompañada de amigas. Su tierno rostro expresa una pureza y una deseo de amor, la alegría tan esplendorosa que todo niño tiene por naturalidad.
Al llegar a su casa, pedí permiso para hablar con la abuela. Le dicen doña Asunción. Nos saludamos, me presenté y le expresé mi preocupación por la niña. La abuela me narró con lujo de detalles el pasado de la niña.
Tras un tiempo, llamé a la niña y la invité con el permiso de la abuela, si quería reunirse con otras niñas y niños de su edad para estudiar y jugar. La niña, dijo que sí. Veía la necesidad de comunicarse con los de su edad, de liberar ese pequeño y grande mundo interior.
Como Nathalie, hay mucho niños que viven en la ignorancia y en medio de peligros. Creciendo como pueden y con grandes limitaciones, perdiendo oportunidades de madurar como un árbol frondoso.
Se integró al grupo sin problema, y poco a poco la fuimos apoyando en sus clases pues las llevaba con gran atraso. Nos ocupamos de sus necesidades personales, y en especial, de fortalecer y enriquecer su mundo interior, su alma.
En la semana reflexionamos acerca de la situación de los niños y de cómo ayudarlos. Así que, cada semana, un pequeño grupo de niños elabora un plan de caridad para llevar alegría, compañía, soporte humano y psicológico y algún cariñito a dos o tres niños de la calle. Es imposible llegar a todos.
Llega Navidad, un tiempo tan oportuno para realizar el mayor esfuerzo y llegar a muchos niños. Ser portadores de afecto y amor, compañía y valor; de decirles una palabra amable y de expresarles que no están solos. Jesús es nuestra Palabra.
En esta semana, llevaremos ESPERANZA a todos aquellos que están solos y abandonados, los que no tienen nada, lo que no esperan nada.
Recordé aquellas palabras del líder afroamericano:
“Cuando mi sufrimiento se incrementó, pronto me di cuenta de que había dos maneras con las que podía responder a la situación: reaccionar con amargura o transformar el sufrimiento en una fuerza creativa. Elegí esta última.” (MLK)
La razón de nuestra esperanza no está en nosotros mismos, sino en el que viene a enseñarnos que la última palabra la tiene Dios, la tiene la vida, la tiene la luz. Y si él está con nosotros (Emmanuel), nada ni nadie podrá contra nosotros.

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