NAVIDAD, TIEMPO DE AMAR SIN BARRERAS
- estradasilvaj
- 11 dic 2022
- 3 Min. de lectura
Sonia y Pablo llevaban tiempo de ser novios. Se conocieron de jóvenes en la secundaria. Pasó el tiempo y en un centro de compras de volvieron a ver. Fue un encuentro maravilloso. Recuerdos, bonitos recuerdos.
Pablo nunca le demostró, ni mucho menos dijo lo que sentía por ella. Sonia, Sólo hablaba con sus ojos, esperando que Pablo dijera algo. No ocurrió.
Hoy en día, los adolescentes y jóvenes no se dan ese tiempo. No saben qué es enamorarse. Se gustan y ya es suficiente para estar o vivir juntos. Conozco a un hombre que desde muchacho su vida la ha llevado de mujer en mujer dejando hijos en el camino. Y no se detiene. ¿Sabrá qué es amar a una mujer? ¿Sabrá la importancia de una familia?
En cambio, Sonia y Pablo como ocurre con alguna frecuencia, se dieron tiempo para conocerse y saber sus propios sueños y metas. De esa forma, pudieron conjugar ambas vidas en una sola.
El noviazgo es importante para un matrimonio feliz y durable. Por eso, es importante hablar sobre esto a los hijos, en especial, a las hijas.
El concepto del noviazgo no existe en la Biblia; sin embargo, cuando un varón le gustaba una joven, nunca nos imaginamos lo que hoy hacen los jóvenes. Existía un gran respeto entre la mujer y el hombre. También, había hombres y mujeres que vivían de una manera alejada de las normas comunitarias y Ley de Dios. Como sigue ocurriendo hoy en día.
Pablo y Sonia encontraron un lugar en común para dar sentido a su relación. Fueron quitando barreras que impedían una diáfana y sincera comunicación, una confianza sólida entre ellos, el carisma de compartir lo suyo, de diseñar oportunidades para que su relación madurara. Ambos no eran precisamente cristianos. Pero ocurrió, que al pasar por una iglesia donde se casaban una paraje, se quedaron observando lo sucedido.
Esto les motivo a encontrar sentido al por qué esa paraje se casaban de esa manera. Buscaron al cura párroco, que por dicha era un joven sacerdote con una formación muy sólida y de una mentalidad muy abierta y franca. Así, pasó un tiempo visitando al cura para escuchar sus consejos.
Lo más bonito, es que descubrieron el poder de orar juntos. Aprendieron a orar. Y la oración les dio una iluminación a sus vidas muy perdurable. Sus pensamientos se fueron consolidando en la fe en Jesucristo, en hallar en la Iglesia un lugar para hablar con Dios y con otros cristianos, en maneras de cómo ayudar a muchas personas con grandes necesidades humanas y materiales.
Llegó el tiempo entonces, como al que sabe esperar y no desespera. Se casaron.
Hoy, tienen dos hermosos niños. Es una familia bendecida y seguro que Dios habita, que el Espíritu del Señor los guía en los momentos difíciles y de celebrar los tiempos de alegría, de dar gracias y de servir a los más necesitados.
Pronto viene Navidad, es un tiempo muy hermoso para expresar el amor. No ese amor convencional, adornado de papeles brillantes, perfumes y lociones, de ricas comidas, de grandes fiestas... No, eso no es precisamente Navidad.
Pablo y Sonia como conocen y aman a Jesucristo, saben que es la Navidad y cómo celebrarla en familia. Es colocar a Cristo en el corazón de la familia. Sacar por la puerta trasera todo aquello que divide, nos hace egoístas, nos impide perdonar, vivir sin rumbo y desbocados, sin esperanzas y lleno de miedos... Es tirar toda basura. Y abrir la puerta principal para que entre Jesús, quien ha vuelto ha nacer en nuestras vidas.
Como María: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava".
Navidad sin barreras, aunque estemos detrás de algunas barreras. Porque el amor de Dios es más poderoso que todos ellos.




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