MI ÚLTIMO PENSAMIENTO

Siempre al acostarme, viene a mí, el mismo último pensamiento.

Pasan por mi mente muchos recuerdos, y cuando leo mi Breviario, me detengo en los Salmos; mi mente viaja, se remonta lejos.

Quiero, antes de reposar, llevarte conmigo. Sí, que viajes tan lejos, a un lugar hermoso. Donde la paz y la serenidad se adueñan de tu alma.

Decirte que, en la agitación del día, en los tic tac del reloj que marchan indetenidamente, me detengo para recordarte.

Mi último pensamiento, en la colina de la noche, bajo la luz de la brillante luna, mi oración cobija a tantos que sufren y están solos; que nadie recuerda y no saben si mañana verán de nuevo la luz. Porque somos tan pasajeros, viajeros por un mundo vano.

Mi último pensamiento es esa voz cálida y segura de un Dios que no olvida. Siempre fiel, siempre amoroso y oculto.

No dejes que se nublen tus sueños de iracundos y oscuros pasajes. Pues, todo pasa, sólo Dios permanece.