LUCHA SIN TREGUA
- estradasilvaj
- 31 may
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Los nubarrones del este están encima. La lluvia fría y las corrientes de agua atraviesan los canales llevando consigo todo lo que pueden. Todos corren como si el espanto de la muerte anduviera de caza.
Esta tarde la he visto de nuevo, a la mujer anciana que empuja una carreta llena de frutas, bajo sol, o bajo agua. Arrastrando sus pies desnudos, gritando lo que lleva de venta, guardando centavo a centavo las nimias monedas del día. No da tregua a la lucha.
De madrugada, obrero, docente, estudiante o labrador están presto al amanecer, bajo agua o sol, se encaminan al lugar de trabajo o estudio. Día tras día, en mulo, bus o bicicleta llegan con premura para estar a punto de la llegada de los demás. Quizás, con una taza de café y pan tostado, o los borborigmos del estómago que claman de hambre. No dan tregua a la lucha.
La madre, apenas a dormido dejando todo en orden para los hijos vayan al colegio o al trabajo. La esposa, siempre atenta, siempre dispuesta a servir con agrado. El hogar se sostiene por la perseverancia de ambas que sin dar tregua a la lucha, no se quejan ni lamentan.
Vivimos cada día para sobrevivir, no para vivir mejor, sino para sentir el valor de la vida en medio de soberbios, blasfemos y facinerosos. Nos arrebatan todo lo que no es suyo, se llenan la boca de mentiras y demencia; los bolsillos y cuentas de rapiña y pillaje. No tiene medida su ambición, como no tendrá medida tampoco su suplicio.
Henos aquí, firmes y confiados en el Buen Padre.
Sin dar tregua a la lucha, seguimos adelante.
Porque sabemos que la cordura y la templanza nos mantiene erguidos;
la fe y el amor, unidos;
la esperanza y la generosidad, prestos;
el valor y la serenidad, hermanos.
Al enrojecer el acero, se templa el coraje y se alcanza la victoria.
Ánimo! Dios, no olvida, es paciente, severo y justo.




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