LOS CAMINOS POLVORIENTOS

Quizá le parezca conocido o similar este camino. De pequeño lo recorrí varias veces y siempre deja en mi grandes y hermosos recuerdos.

Es interesante. Las personas cambiamos con el tiempo, pero los caminos siguen igual.

Hay caminos en la vida que no cambian para que siempre volvamos por ellos. Pero hay otros que no desearíamos regresar.

Dice el poeta español que los caminos se hacen al andar, y al volver la vista atrás verás las huellas que nunca jamás volverás a dejar.

La agitación del mundo de hoy atrapado en su propia sobrevivencia no presta atención a las huellas que dejamos, ni a los caminos que decidimos emprender o construir. Dejamos que otros hagan los caminos, eleven los puentes o instalen las murallas.

Dejamos mucho de lo nuestro en manos de otros. Incluso, nuestras ideas y planes.

Me gustaría compartir tres reflexiones que quizás le sean de utilidad.

1. La temporalidad de la vida. Ninguno de nosotros puede agregar un día más a su propia vida. Simplemente vivimos aquellos días que deseamos vivir bien o mal, porque a medias, no es vivir.

Hay que vivir cada día con intensidad pero sin perder profundidad. Es decir, que no es agotando los minutos haciendo mucho o haciendo nada que vivimos felices. Hay quienes esperan el fin de semana, las vacaciones o la jubilación para disfrutar de la vida. Y si no llega el fin de semana, las vacaciones o la jubilación? Tenemos que vivir en profundidad cada momento. Cómo hacerlo?

La mejor manera de vivir la vida en profundo es amando y sirviendo. Amando sin egoísmos y placeres pasajeros. Sirviendo con generosidad a quienes necesitan de apoyo y amor. Cada minuto cuenta.

Hay millones de personas que se desgastan en llenarse de dinero y poder. Y se pasan toda la vida sin ser un minuto verdaderamente feliz.

No desperdicie su tiempo en lo vano y simple.

2. Enamórese de su vida interior. Hay mucha gente que lleva una vida amargada y triste. Dicen que la vida le ha sido ingrata, como si la vida fuera algo externo a uno. La vida la hace cada uno a su manera.

Qué es la vida interior? Es ese mundo que nos recreamos dentro, en el alma, en el corazón. Es ese estado mental y psicológico positivo, que ve al mundo exterior como una tarea por realizar siempre. Con metas, planes, preguntas, respuestas, búsqueda...

Nuestra vida interior es muy importante para lograr una felicidad y satisfacción plena. En la actualidad, se han inventado muchas técnicas y reglas para lograr éxito, triunfos, sueños, ambiciones. No es suficiente. El mundo interior es libre, es siempre nuevo. Si lo encasillamo o dejamos que otros lo aprisione, seremos más esclavos que libres.

Ese mundo, esa vida interior requiere una espiritualidad.

3. La espiritualidad de los seres libres. Creo que la mayoría de la gente del mundo camina confundida, o si no, en el agnosticismo.

Qué podemos entender por espiritualidad? Todo ser humano no puede vivir como un robot.

Necesitamos que nuestros pensamientos y sentimientos se conjugen, sean capaces de fluir y crear una atmósfera más allá de ellos mismos. Es decir, un cielo que sostenga la tierra y lo que hay en ella.

A nuestra vida le falta Dios. Hay quienes prefieren no involucrarse con él porque le remueve su vida interior.

Lograr una espiritualidad en nuestra vida es dedicar tiempo a la oración. Esa actitud de apertura, de disposición y de confianza en que Dios es parte de nuestra vida, de nuestros planes y sueños, ideales y metas. Que también está allí presente en la enfermedad y en el dolor, en los fracasos y desaciertos, en la muerte y en la nueva vida. Porque una espiritualidad sin esperanza, no existe. Una espiritualidad sin Dios es una ilusión.

Siempre los caminos nos recuerdan que todavía tenemos tiempo para vivir bajo la gracia de Dios.