LA ÚLTIMA LETRA
- estradasilvaj
- 8 jun 2022
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La enfermedad avanzaba cada vez. No había medicina ni cura alguna eficaz. Día tras día, noche tras noche. Nos escribíamos con frecuencia, y a veces, lo llamaba, pues le resultaba difícil moverse.
Se confesaba conmigo y yo con él. Nuestros corazones siempre unidos en la oración y en la amistad. Los meses y días transcurrieron, como pesadas cargas, como esperando el día final donde no nos volveríamos a ver. Como la nave que se pierde en el horizonte una vez llevada hacia los límites del mar.
Le escribí ayer por la tarde. Esperaba su respuesta por la noche. Llegó al amanecer: "Roberto, se ha marchado".
Los sueños incesantes de esa noche eran imparables. Unos tras otros, sin hilo, sin puentes, sin explicación, como una baraja suelta en la mesa.
Roberto había esperado mi últimas letras, y se la ha llevado consigo. Como se ha llevado mi amistad, mi cariño, gratitud y nuestros mejores recuerdos como misioneros.
Esta noche, quizás vuelva a soñar o a volar como él. Trascender el tiempo y atravesar la oscura neblina de la noche.
Sólo Tú sabes, oh Dios, donde moramos. Lleva su alma cerca de Ti, en un lugar donde podamos volvernos a ver disfrutando de tu amor y misericordia por siempre.
El misionero de Texas ha viajado para no regresar.




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