LA VIDA CONSAGRADA

Yo amo la vida consagrada, estoy llamado a ella y mi alma la desea como la cierva el agua.

Oh Señor, ayúdanos a ser fieles en nuestros compromisos evangélicos y mostrar al mundo, el rostro joven y bello de Cristo que invita a los jóvenes a seguirle para toda una vida.

Es una llama siempre viva, ardiente, que ilumina vidas y alienta corazones para entregarse por completo al servicio de Dios en diversas maneras.

Es la barca desde la cual Jesús te llama para invitarte a seguirle por siempre. Sin nada, sólo con tu corazón y mente dispuestas a predicar el Evangelio.