LA SOLEDAD DEL ALMA
- estradasilvaj
- 7 jun 2022
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Al caminar de regreso a casa, he visto tantas personas solas como árboles abandonados, envejecidos por el tiempo.
Sus rostros apesadumbrados y con la mirada perdida, sin sonrisa en sus labios y como quien todo lo ha perdido. Qué triste realidad!
Hay quienes escapan escuchando música del recuerdo como retrocediendo las manijas del reloj y muchas, muchas mujeres conversando o viendo jugar a sus pequeños.
Al caer el sol entre los cuerpos de los árboles, me recliné en la puerta mirando a lo lejos, como viendo escapar la luz sin poder alcanzarla. Me invadió una profunda nostalgia y por mi mente corrieron rostros y nombres de tantas personas.
Suspiraba profundo como quien perdía aliento y mis ojos se llenaron de lágrimas. De llanto porque la alegría no estaba.
Mi alma estaba sola. Deprimida de tanto dolor y desgracia humana. Contener no podía, y cuando más me esforzaba en olvidar, recordaba nombres de enfermos, de tristes y de hombres y mujeres embrutecidos por la maldad. Me sentía tan culpable de no luchar por un vida diferente. No era posible vivir aquella realidad sin sufrir.
Miraba cómo la noche cubrió todo y pensé: ¿Será tan larga como las otras?
Qué pobre es mi fe!
Sólo pido fuerzas suficientes Señor para que mi corazón no se rinda ante el dolor y las injusticias; ver el nuevo amanecer con alegres noticias; abrazar a mis pequeños sintiendo su corazoncito latir y escuchar sus gritos de alegría cuando llego; sentir mi alma llena de Ti, oh Padre y mis manos fuertes para ayudar al que necesita amor y compasión.
Salva mi alma Señor, no me abandones por no ser tan fuerte.



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