LA RUEDA DEL CORAZÓN

No sé porqué la musa llega tan noche a mi corazón, tan noche que ya cansado escribo sin descanso.

No sabía que imagen ponerle a mis palabras y juntar como pétalos el amor que rompía los cielos nocturnos.

Allí tan frágil y profundo latía la voz que arrastraba mis pensamientos y los deseos de escapar de las ramas de tu piel cálida y tersa. Tan frágil como una hoja de seda, tan traslúcida y mojada de sueños.

Qué fuerza imposible de detener que rompe los vientos de las murallas implacables de un mañana sin ver, sin una noche sin acabar... Mas los días quedan atrás como flores muertas de veranos.

En el sepulcro del amado lloro los recuerdos imposibles de volver, de abrazar con ternura, de acariciar tu rostro y verte vivo, verte amado, verte junto a mi lado.

Allí tan sola sorprendo tu sombra que desgarrada implora a los cielos tu regreso.

Qué hay dentro, tan adentro de mí que no puedo dejar que en mis venas corre lágrimas de amor perdido. Es tan sólo una rueda, que va y no se detiene... hasta llegar a ti, es la rueda del corazón.