LA PIEDRA ANGULAR
- estradasilvaj
- 19 may 2021
- 3 Min. de lectura
"Jesús...es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular" (Hechos 4:11)
He regresado del campo, fuera de la bochornosa y triste ciudad capital.
Qué días tan especiales fueron: Jueves y Viernes Santos. Vividos junto a personas de distintas iglesias pero hijas de un mismo Cristo. Era una pequeña colonia llena de niños y niñas que corrían sin descanso.
Los caminos cubiertos de polvo molido por carretas y motocicletas; las casitas se diseminan por los alrededores pintando el paisaje revestido de verdor y de cantos de alegres zenzontles que delatan la llegada de los caminantes.
Visitaba casa tras casa. Eran encuentros llenos de novedad y alegrías. De rostros y sonrisas cobijados por un abrazo de bienvenido.
Teníamos siempre temas para conversar. Una hermana me dijo: "siempre que leo la Biblia encuentro algo nuevo para mi vida".
Habíamos vivido hace un año terribles acontecimientos que se fueron alargando y siendo más crueles. El sacrificio de Jesús en la cruz se renovaba en nuestras memorias.
Se realizaron tres cultos cristianos mientras conversábamos acerca de la misión de Jesús y de su legado entre nosotros.
No todo había acabado en la cruz. Aquella noche, aquél día siniestro era el paso a una realidad totalmente diferente.
Los simbolismos de la noche crismal, nos abrían la puerta a una esperanza aún más fuerte, quizás poderosa.
Mientras atravesaba aquellos caminos polvorientos, rodeado de vegetación verde y seca, por vertederos de agua que mojaban las huellas de los ríos; las presas q servían de entretenimiento a chicos y grandes... Las distancias se alargaban y acortaban.
Muchos recuerdos vinieron a mi mente. Y pensé de los grandes viajes que realizaba Jesús de una población a otra, por valles y montañas, ríos y mar, bajo el inclemente sol, frío o tormentas.
Salían al encuentro. Es maravilloso cuando te salen a recibir, dicen tu nombre y abrazan. Es como haber llegado a casa después de un largo tiempo.
De vuelta, quedaba viendo los cielos y daba gracias a Dios. Me detenía y meditaba sobre la vida de estas personas, su sencillez y confianza en el Padre. El tiempo no se detiene, pero lo esencial no había cambiado.
Cómo el hombre contemporáneo ignora y desprecia la gracia de Dios.
Toda edificación necesita de una piedra angular. Nuestra vida humana, nuestra vida cristiana se asienta en la piedra angular que es Cristo. Sin ella, somos ladrillos que se caen al menor temblor; son edificaciones sobre arena o barro.
Tres reflexiones para nuestra vida cristiana:
1. La comunidad cristiana es un lugar privilegiado donde Jesús se hace manifiesto. En medio de todos los creyentes, quienes han aceptado su bautismo y Palabra. Leed y orad juntos en comunidad, en familia, como grupo.
2. Sed agradecidos con todos. Vivir con sencillez es mantener siempre las puertas abiertas a la presencia de Dios. Seamos sencillos, no despreciemos el pan de los pobres. Quien es agradecido es bendecido y quien comparte y apoya la obra del Señor, téngase por bendito. Dios se mostrará muy generoso con quiénes aman al prójimo.
3. La pureza interior es necesaria para la santidad. La meditación bíblica y la oración continua son como afluentes hacia un inmenso río de gracia que proviene sólo de Dios. Para el hombre común y materializado es imperceptible y ridículo, porque está acostumbrado a los placeres de este mundo, su mundo.
La comunión con Cristo nos purifica, nos lava por dentro y crea en nosotros un estado de gracia sin igual.
Al dejar aquellas humildes casas, viendo como las familias, los amigos se despedían, nuestros corazones iban cargados de inmensa alegría y paz.
Dije tan solo:
"Gracias Padre por encontrarme contigo. Mi corazón palpita de alegría, mientras mis ojos se humedecen. Te pido por ellos. Cuídalos y ámalos como siempre! Hónrame en volverles a ver en tu santo Nombre. Tú que eres la piedra angular de nuestra iglesia, de nuestra fe y esperanza. Bendito sea tu Nombre en toda la tierra. Amén".
Bro George



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