LA GOTA DE SANGRE

He quedado impresionado de las publicaciones, vídeos y fotos de presbíteros católicos y cristianos que han sido martirizados desde ya algún tiempo en Siria y en África, como también en América.

Recuerdo en uno de los centros de formación de los Hermanos De La Salle que había destinado un lugar, que parecía en lo personal sagrado. Estaba lleno de fotos de estudiantes fallecidos en la irracional guerra de los '80 y también recuerdo en otro centro de formación indígena donde familias de estudiantes habían sido asesinadas por el Ejército. Les guardo mucho respeto y aquel lugar visitado por estudiantes, profesores y extranjeros tenía para mí un significado muy profundo.

Recuerdo el asesinato de los sacerdotes Jesuitas en San Salvador, de Monseñor Romero, de sacerdotes en Guatemala y de miles de cristianos católicos indígenas. También el asesinato del Hermano Santiago Miller (lasallista), de profesores universitarios y de más de 600 jóvenes y niños en Nicaragua desde hace más de un año. Y podría seguir mencionando a muchos más.

Por qué los hombres han llegado tan lejos con la vida humana? Eso sin mencionar asuntos como el aborto, la eutanasia, el suicidio asistido...

El Cristianismo es una señal de redención para quienes han decidido quedarse con el pueblo que sufre y es perseguido por sus convicciones y fe. Ellos asumieron la Cruz de Jesús hasta las últimas consecuencias.

Hay muchos que mueren por ideales, por salvar a otros, por arriesgarse, por cumplir órdenes. Pero es diferente.

El verdadero cristiano tiene que estar convencido que la vida no le pertenece. La ha entregado en nombre de Cristo por los demás.

Sobre la sangre de los mártires se edificó la Iglesia de Cristo. Pero Cristo no es para mí un mártir.

Él como dijo dio su vida porque quiso ir más allá de un ideal, un misticismo, un compromiso, un voto o por cumplir una orden superior.

Casi todos luchamos cada día por no enfermarnos para gozar de la vida. Hacemos cualquier cosa.

Pero hay quienes luchan para que otros vivan sin importarle si su propia vida corre peligro. El testimonio veraz de dos o quizás tres Obispos y de varios presbíteros por permanecer al lado del pueblo en este país sometido a la fuerza hostilmente es redentor. No sólo admirable, sino amado, reconocido y respetado por el pueblo nicaragüense.

Qué ocurrirá entonces? Pues, pienso que como dije en un pensamiento: El tiempo cuenta para Dios y que está por llegar su justicia. La maldad será vencida por el amor y la misericordia.

Al elevar mis plegarias y desgranar las avemarías del rosario, viajan mis pensamientos por estas memorias y recuerdos. Soy incapaz de ser indiferente e insensible.

Sé que el dolor y sufrimiento han llegado también a sus vidas y familias, e imploro de corazón para la fortaleza y convicción de que Dios es fiel. Que la bendita Sangre de su Amado Hijo derramada en el madero nos lave y sane de todo mal y pecado contra nuestro prójimo.