LA FLOR DEL SUELO BALDÍO
- estradasilvaj
- 11 oct 2022
- 2 Min. de lectura
A lo que más tememos en la vida es al sufrimiento y a la muerte. Llegan de manera inesperada, sin darnos cuenta nos acercan al destino.
Recuerdo el pasaje de Jesús en la cruz, gritando: "Padre, por qué me has abandonado". Palabras desgarradoras frente a la inminente muerte en lo alto de un madero. Tras horas de sufrimiento, soledad y acusaciones injustas, en silencio asumía su papel en la historia salvífica.
Vemos consternados, tristes e indignados la pérdidas de vidas humanas por causa de violencia y guerra, persecución y venganza, terremotos, sunamis, huracanes, inundaciones y otras amenazas naturales. Detrás de las causas está la mano de hombres, grupos e ideologías que se oponen a la vida y a los derechos de toda persona.
Pero cuando el dolor llega a nuestra casa vestido de una fatal enfermedad, nuestra impotencia aflora y experimentamos una prueba que remueve nuestros cimientos.
Se me ocurren algunas ideas que le pueden ayudar en estos momentos:
1. No permita que la angustia invada su corazón. Rechace la soledad y déjese querer por su familia y amistades.
2. Consuele al que está abatido, llénese de fuerzas. Gracias a ellas podrá sobrellevar la prueba y transmitir a sus hijos valor y confianza.
3. Ore y llore, porque es bueno. Cristo lloró por su pariente Lázaro, por Jerusalén, por sí mismo en el Getsemaní, pero dio valor y suelo a las mujeres que encontró llorando camino al Gólgota.
4. Trascienda la prueba, el sufrimiento, incluso, la muerte. Porque nuestra vida no acaba aquí y ahora, sino que es una estación temporal hacia una realidad más allá de nuestro conocimiento y de nuestras sensaciones.
5. Considérese peregrino y habitante del infinito; si, ciudadano de una realidad totalmente anunciada por el mismo Jesucristo: el Cielo, la Casa de Padre.
Cuando las personas me piden que ore por ellas y sus seres amados, lo hago con la profunda fe que Dios es amoroso y misericordioso. Porque sé que del suelo baldío, agreste y muerto nacerá una nueva vida, una flor llena de encanto.
No hay esperanza perdida y promesa incumplida, pues el amor es mayor que todo.




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