LA DÁDIVA
- estradasilvaj
- 14 ene 2023
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Los templos e iglesias estaban llenas a más no poder. Las bandas musicales animaban la congregación y todos se saludaban con gran respeto y afecto. Elegantes edecanes y servidores recibían y acompañaban a los asistentes con gran cortesía.
La voz penetrante y suave de una cantante inundó el espacio ya abarrotado de fervientes creyentes. Aunque de colores diversos y elegantes vestidos, enjoyadas las damas y los caballeros de saco y corbata, habían muchos otros más modestos y sencillos. Todos reunidos en un mismo lugar, bajo un mismo signo salvífico, un mismo mensaje, un espíritu común, inquieto y deseoso de conocer y sentir.
El pastor desplegó su motivador mensaje rico en reflexiones asendradas en la Santa Palabra que a gritos de gloria!, amén!, aleluya!, y muchas expresiones de profunda fe y conversión, los cristianos recibían la gracia del Señor.
El tiempo se extendió entre cantos, alabanzas y testimonios. Era una fiesta extraordinaria y llena de júbilo. Los corazones abiertos con sincera fe y amor eran poseídos por la bendición de lo Alto, se escucharon profecías, don de lenguas y maravillosos acontecimientos.
De pronto, una gran luz llenó el lugar de una cálida y extraña sensación, inexplicable que todos cayeron rostro en tierra.
Era la voz del Maestro. Nadie veía, nadie escuchaba, solo sentían por dentro la voz recia del Hombre que decía:
"Amados hermanos, hijos de un mismo Padre. Recibid mi bendición. Conozco bien el deseo ardiente de vuestros corazones y la inquieta alma que se envuelve en torbellinos en un mundo lleno de oscuridad. En vuestras manos tened el poder de cambiarlo y de llenar mi universo de la semilla que mi Padre os entregó. No temáis, pues estoy con ustedes en lo pequeño y en lo grande, en lo justo y recto, entre la gracia y el converso. Yo les he entregado mi dádiva, no la malgastéis, pues cuenta he de pediros. No sois mejores unos que otros por lo poseéis o habéis ganado en fueros o de mala justa. El mal administrador pagará caro su incompetencia, y al mentiroso, farsante y embaucador desterrado será de mi Casa, sus nombres aunque recordados por los hombres, para mí son lápidas vacías.
Gratuitamente la has recibido, comparte lo bueno y lo mucho que has producido. A mi mesa te sentarás como bienvenido y mi dicha será tuya también.
Entonces, no regreses a casa triste y preocupado. Celebra, porque hoy has nacido conmigo en esta noche, mi Nochebuena".

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