LA CENIZA DEL ARREPENTIMIENTO
- estradasilvaj
- 8 jun 2022
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Iniciamos Cuaresma y hay gente que ni sabe ni le importa. Pero al mundo cristiano y católico, sí nos importa. Tenemos una tarea por delante.
Iniciamos con una ceremonia donde el sacerdote impone la ceniza en la frente. Su origen data del siglo XI y en la Biblia la ceniza está vinculada a la penitencia y al ayuno.
La liturgia de este día hace un llamado a la conversión del corazón, al arrepentimiento, al ayuno y a la oración. Dios es misericordioso, lento a la cólera pero es muy severo con aquellos que endurecen su corazón y rechazan su gracia.
Un joven a quien estimo mucho y que abandonó su fe católica y se hizo "evangélico" por su mujer, ahora viven ambos en disputa y llevan tiempo de no visitar su grupo cristiano. Le dije:
- Hijo, aprende en la vida que una bendición nunca se rechaza, una luz nunca se apaga y un amor nunca se niega. Yo enseñaré a tu hijo pequeño los caminos que van al Señor Dios Todopoderoso, e impondré la ceniza, aún siendo un niño puro e inocente.
Sólo me respondió:
- Si son cosas de Dios está bien.
Yo le pregunté si me dejaría que yo le impusiera la ceniza, y me dijo:
- A mí no.
Esto me da pie para compartir con usted algunas reflexiones:
1. El corazón humano no es tan duro como parece, pero cuando se deja malograr por el pecado, se endurece y se vuelve contra Dios.
No hay peor pecado que rechazar la luz del Espíritu Santo. No lo digo yo, lo dijo Jesús mismo (Mateo 12,32) porque cierra todas las vías para el arrepentimiento y la vuelta a Dios.
La ceniza nos recuerda nuestra condición humana: somos mortales, no somos dioses ni eternos. Somos hechura de barro y a él volveremos.
La ceniza nos quiere decir que nuestra vida debe cambiar, tomar otro rumbo, dar un viraje de 180 o 360 grados. Quizás, tan sólo de 30 grados sea un gran avance.
Hay que desacomodar el pecado que llevamos dentro, porque nadie está limpio. Sacudir el alma y dejar que la luz de Cristo la penetre.
Así que, no te resistas, no rechaces la voz de Dios. No vaya a ser que algo peor te pueda suceder.
2. Mantener el corazón abierto al perdón y a la generosidad son dos actitudes cristianas por excelencia agradables a Dios.
Vivimos tiempos de mucha violencia y venganza, y la expresión "ni perdón ni olvido", se escucha con frecuencia. Jesús es totalmente claro en su postura: ora por y perdona al enemigo, y te pide todavía que le des tu manto o le pongas el otro lado de la cara. Es demasiado!
El cristianismo de Cristo, no ese de movimientos y sectas engañosas e inconsistentes con el Evangelio es radical. Tan radical que incluso te pide que des la vida, sí, como muchos jóvenes en defensa de los valores como el respeto a la libertad, a la justicia, a los derechos humanos y religiosos... Como lo hicieron Monseñor Romero, Monseñor Gerardi, el Padre salvadoreño Rutilio Grande asesinado junto a un anciano y un adolescente por los paramilitares y los Padres jesuitas en El Salvador... Y tantos otros miles de laicos cristianos en la India, China, África, Irak...
No, si ser católico no es fácil. Una cosa es llamarse y otra vivir como verdadero cristiano.
Mantener el corazón abierto a Dios te dispone a su gracia y protección. Yo camino por las calles y paso en medio de guardias y paramilitares armados y no les temo. Les doy la cara, los saludo y les pido que abran paso. Ellos temen, yo no porque Dios va conmigo.
3. No comprender el significado de la Cuaresma es perder la oportunidad de hallarse con Dios.
Algunos piensan que la Cuaresma es tristeza y un tiempo sin ilusiones. Es un camino y como todo camino tiene que hacerse, abrirse con alegrías y esperanzas.
Le recomiendo entonces tres actos que le pueden ser útiles para su crecimiento como ser humano y como cristiano:
* Haga un profundo y sincero acto de conciencia. O sea, revise su vida interior y ajústela a los términos de Jesucristo. Lea Mateo 25.
* No deje que las tentaciones lo dominen. Pida la asistencia de Dios y la recibirá.
* Desapruebe la injusticia y la corrupción, no sea parte de ella. Abra los ojos a la verdad que emana del Evangelio.
Yo estoy seguro que si usted se arrepiente de corazón, y lo confiesa, recibirá a Cristo. Sin duda su vida y familia empezarán a gozar de las bendiciones del Señor que es bueno y misericordioso.



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