LA ALEGRÍA DEL SILENCIO

He concluido mis oraciones de la noche en un silencio maravilloso. Alguno que otro vehículo o perro ladrando, pero bajo un cielo nublado y la frescura del aire me he recogido para orar profundamente.

A muchos no les gusta el silencio, esa paz tan especial que nos permite encontrarnos con Dios.

Las generaciones de hoy no pueden vivir sin ruido, sin estar sumergidos en la actividad. Se les va la vida sin encontrarse consigo mismo, y quien no lo hace no es capaz de encontrar a Dios.

Ha sido más de una hora y el tiempo se fue de un chasquido. En tiempos que hoy vivimos necesitamos aprovechar la paz del silencio y esa maravillosa ocasión de repensar la vida y hablar con Dios.

Por qué creo importante buscar momentos de silencio en nuestra agitada vida?

1. Encuentras la paz que te da sosiego y ayuda a reoxigenar todos tus actos del día.

2. Valoras lo bueno que has conseguido y reorientas aquello que no has alcanzado satisfactoriamente.

3. Viajar hacia el interior de uno mismo te permite descubrir hallazgos que no sabes de ti mismo, enzanchas tu corazón y abres tu mente a experiencias benéficas que ayudan al equilibrio integral de tu espíritu y cuerpo.

4. Hallas la ocasión de orar como un proceso de profundidad que conduce tu alma a la liberación genuina y limpia todo aquello frustrante y negativo que la vida te hace presa.

5. Es el momento preciso de conversar con Dios, desprovisto de muchas palabras y sentimientos que nublan una comunicación amorosa.

En este silencio vivo y lleno de gozo, llegan a mi mente decenas de nombres que necesitan del auxilio del Señor.