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JÓVENES CON CORAZÓN GRANDE

  • Foto del escritor: estradasilvaj
    estradasilvaj
  • 11 jul 2022
  • 2 Min. de lectura

Regresaba de visitar a unas familias, de entregarles una ropa para niñas adolescentes que unas amigas me habían regalado.

A unos sesenta metros de la Parroquia estaban reunidos un grupo de quince jóvenes entre trece a diecisiete años, dos mujeres y el resto varones. En esa casa, acostumbran realizar algunas festividades religiosas que llenan de alegría y fe al barrio.

Me detuve a escuchar al joven que tenía en sus manos un rosario y les hablaba diciendo que "contenía una gran fuerza, que la Madre de Dios les ayudaría a ser mejores personas y los auxiliaría en momentos difíciles...". Me impresionaron las palabras de aquel muchacho. Todo el grupo escuchaba con atención.

En ese barrio hay decenas de adolescentes que fuman marihuana, cada vez veo rostros nuevos involucrados en semejante riesgo. Muchos de ellos provienen de grupos familiares disfuncionales, con problemas de autoridad, económicos, alcoholismo viviendo con grandes limitaciones. Se refugian en la marihuana para olvidar o quizás atenuar el hambre. Son tan pequeños que es posible que muchos no van a la escuela o estén involucrados en alguna actividad delictiva.

Días después, busqué al jovencito que se había dirigido al grupo de muchachos. Supe que estaba vinculado a la Parroquia. Es una parroquia con un sacerdote ya mayor, que poco sale a la calle y sus prédicas son extensas y cansonas, pero tiene un gran espíritu.

Conversé con el joven predicador y le ofrecí mis servicios para ayudarle en su labor. Me parece muy importante que sean los jóvenes que vayan adelante con la actividad misionera, pues tienen un gran espíritu y creo que el Espíritu Santo les asiste, como al joven Esteban, el primer mártir de Cristo.

Los cristianos mayores, adultos, tenemos que acompañar con nuestros conocimientos y experiencia a nuestros jóvenes. Aprender de ellos y orar para que sean hombres y mujeres fieles y fuertes en su fe en la misión de continuar cristianizando. Estudiar y meditar la Biblia y reconocer que Dios actúa de manera extraordinaria en las personas. Los jóvenes decía el Papa Juan Pablo II es el futuro de la Iglesia. De ahí, la gran responsabilidad que tienen los padres de dar un testimonio diáfano y sólido de nuestra fe y educar a los hijos en ese camino.

Supe entonces, que tenía que consolidar la fe de mis adolescentes y jóvenes como unos líderes de Cristo. Una tarea muy desafiante y hermosa. Aprovechar sus energías, sus mentes y sus corazones.

Hasta ahora, me he ocupado de ir lanzando la semilla del Evangelio y de auxiliar y proteger a niños y niñas en hogares disfuncionales. Es tiempo de crear grupos de líderes que asuman la tarea evangélica de anunciar el Reino de Dios. Prepararlos, será una de mis tareas más importantes. ¿Quieren apoyarme?

En medio de tantas sectas y grupos autollamados "cristianos", necesitamos la voz fresca y transparente de jóvenes que vivan y gocen en anunciar a Cristo en medio de una sociedad dividida, confusa, desesperada y sedienta de una vida plena. Porque para mí, para tener un corazón grande, hay que tenerlo puro.

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