HERIDA CERRADA

Yo pensaba que cerrada la herida estaba, que la locura se había escapado, que el sueño se había marchado.

Pero no. El corazón aún latía y no olvidaba aquellos momentos, tan sólo quedaba un rastro hondo de tu amor.

Por mis venas viajaba la intensidad de tu pasión, la ida y la vuelta de mares sin razón.

Pero no. La herida no estaba cerrada, en ella habitaba los labios suaves de tu piel salina, la dulzura de aquellos gestos y la tersura de tus cabellos largos.

No puedo contener el dolor, cómo saber si volverás, cómo estar seguro que no te irás si tan solo guardo tu calor.

Las codicias de mis manos ya no saben a rosas, y las sábanas blancas se arrugan en lechos olvidados.

Amaneceres vacíos, noches sin luz y un canto de campanas que de idilios se van, se van como el eco perdido.

Si mi corazón supiera, si las fuerzas tuviera... Mis lágrimas no serían gotas secas.

Haz de esta herida la huella sentida de un amor pasado. Un amor calado en el barro de un hombre cuyo nombre no ha olvidado. Una herida viva pero cerrada.