HE VISTO MIS MANOS

Las he visto de nuevo y en los detalles que la vida ha puesto en ellas descubro los caminos por mi andados. Todavía por caminar y llevar el calor humano a tantas personas tristes y solas, hambrientas y sedientas... Llevar tu Palabra y tu amor lleno de misericordia.

He visto mis manos y están vacías porque ella nacieron para entregarlo todo. Vacías porque así puedo elevarlas al cielo y decirle al Padre:

"Padre mío, aquí estoy en tu presencia, en tu santa presencia. No tengo nada que me detenga y amarre para no ir hacia tu presencia. Mis manos están vacías, pero mi corazón entero. Donde llevo clavado a tantos de tus hijos, mis pensamientos no dan abasto para recordarlos.

Padre mío, ayúdame a vivir con sencillez y humildad. Que mi corazón no se llene de glorias ni desdichas. Sé tú, oh Dios, mi todo, mi tesoro. Ese anhelo ferviente, ese deseo tan grande y limpio que por las noches sueño, y que al levantar de nuevo, mis ojos te buscan.

A veces mis manos buscan y buscan sin cesar bienes para tus hijos hambrientos y sedientes, enfermos y tristes... Pero, no siempre me alcanza mucho en mis manos tan pequeñas. Perdona Señor, no ser tan útil para ti. Perdona mis flaquezas e imprudencias.

Padre mío, llena mi espíritu de fuerzas renovadas y de un genuino sentimiento de agradecimiento por los detalles que colocas en mi camino. Que aprenda a descubrirte y alabar tu nombre.

Oh Jesús, aquí están mis manos para servirte, para siempre. Limpias y vacías para que puedan tocar el madero donde tu cuerpo lavó mis heridas y pecados.

De la mano contigo emprenderé cada día mis labores, con el corazón alegre y confiado. Así, amado Señor, podré descansar tranquilo y seguro. Amén."