HAY TORMENTAS A LO LEJOS

Nos quejamos de no escuchar a Dios, o simplemente ignorarlo mientras en las calles y ciudades, unos mueren, otros huyen, otros desaparecen. Hay una gran hipocresía y maldad en el corazón humano que está arrastrando a las nuevas generaciones al desfiladero. Dios está no sólo en el Cielo sino también en el Infierno; en el silencio y en la crueldad de los hombres que se enriquecen en la guerra, crimen y robo. Allí está y no lo escuchamos ni vemos; ni lo amamos, ni lo soñamos. Oramos y alabamos, pero nuestra vida es distante de Él. Todo se cumplirá según fue anunciado. Si el corazón del hombre, de cualquier ser humano no cambia su camino, su manera de pensar, sentir y actuar... No esperemos un mañana luminoso. Aún pudiera serlo o no, Dios es quien nos ama, aunque nosotros no seamos merecedores.

Veo un gran nube oscura en los océanos, vientos fríos en las montañas, soledad en las praderas, oscuridad en las junglas, espejismos en los desiertos y llantos en ciudades y campos. Porque la esperanza ha huido, la fe es un frase vacía y el amor es tibio y frío. ¿Es tan triste e inseguro el mañana? Cada día nos levantamos y nos entregamos al trabajo, a buscar la ración de pan, a la monotonía de horas y horas hasta caer cansados lleno de penurias y pocas alegrías. La alegría es tan fingida, el abrazo tan lejano. Sólo queremos pasarla bien y disfrutar de los sentidos. El tiempo se llevó lo hecho y los recuerdos son sólo imágenes terribles e historias que olvidamos lo bueno para ser mejores.

No nos preguntemos dónde está Dios. Preguntemos: dónde está la obra amada de Dios por la que creo todo y apenas sabemos una tilde. Son tantos los que viven engañados y llenos de miedo. Tantos corazones que apenas escucho su latir y deseos por vivir. Ya olvidamos el Paraíso y el amor verdadero, puro y fiel.

Al amanecer te ansío y busco tu rostro, Dios; durante el día te sigo y deseo; al atardecer, cansado me arrastro; al anochecer, no dejo de pensar en Ti. En tantos, tantas criaturas que viven en el abandono, en la hostilidad, en una vida farsa y vacía...

La poesía se hizo filosofía, y ésta un pensamiento sin simiente. Los hombres ya no meditan, ni miden sus acciones. Solo batallan y batallan para caer a la fosa.

No dejes que mis manos estén vacías para dar... Mis pies para seguir tras de Ti... Mi corazón latiendo por tu deseo de estar contigo por siempre... Mis pensamientos luchando por conocerte... Y mis labios, mis labios hablando de tu Amor a tus hijos.

En las horas oscuras, encontraré tu luz porque ella... no se ha apagado dentro de mí. Ayúdame a mantener el calor y la luz en las tinieblas del mundo terriblemente sumergido en el caos.