HACIA ADÓNDE NOS LLEVAN LOS VIENTOS

Imagínese que somos una ola en un mal atormentado, donde el sol aparece y de pronto no; los vientos van y vienen con una fuerza incontenible. Las praderas no se avistan a millas, ni barcos ni aves.

La libertad es una ave en un inmenso cielo lleno de luces y oscuridades. Muy lejos está el hogar y los vientos nos llevan tan lejos como puedan.

Nos acercamos al final de un año que ha sido un tormentoso mar callado y que nos ha sitiado por todos lados. Nos ha quedado en las manos la libertad atrapada, casi enmohecida por la angustia y la tristeza.

Basta ya de ruinas y miedos! Hay que seguir navegando entre tormentas y vientos iracundos. Porque más allá, arriba, está el sol y la luna. Está el universo abierto para nosotros.

Cada día lo vivo descubriendo a Dios en el camino. Pero hoy, me he detenido y lo he dedicado a encontrarlo dentro de mí. Muchas veces nos olvidamos que también habita ahí.

No le puedo asegurar que tan fuertes serán los vientos y si la tormenta pasará mañana o después.

Hay una fuerza tan poderosa dentro de cada uno, en el corazón humano.

Y tan sólo mi oración elevo por las noches, porque en ella encuentro la confianza que los hombres y mujeres romperán sus cadenas, y no serán esclavos de sí y de nadie.

Te pido que no arrepientas de tu fe y no reniegues de lo que tienes. Confía en el Señor, invócalo, búscalo, llámalo. Lo hallarás como yo lo he encontrado.

Los vientos pasarán y la calma llegará. Haz que la paz nazca en el fondo de tu alma, donde se debate tu destino, abierto más allá de los vientos de los tiempos presentes y futuros.