ESPERAR NO ES LO MÁS FÁCIL
- estradasilvaj
- 7 jun 2022
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Qué alegría he tenido hoy al recibir un mensaje de un amigo que por muchos años no tenía la menor idea qué había ocurrido con él.
Fuimos juntos reconstruyendo la memoria y así nos reconocimos. Tuve que hacer un gran esfuerzo, porque mi memoria me falla a veces y está muy llena de tantísimos recuerdos buenos de agradables personas.
Todas las noches siempre me alargo en la oración y el sueño me va venciendo por el hecho de no olvidar a tantos que me piden por ellos o sé que están bien o mal.
Por eso, la oración para mí es un grato encuentro con Dios. Es una conversación sin palabras, donde la mente y el corazón se funden. Es una experiencia muy trascendental. No les parece?
Hay cristianos que convierten la oración en un acto emocional, o un monólogo de palabras, o simplemente en un ejercicio mental. Cuando debiera ser un encuentro muy agradable con alguien quien sabemos nos ama y escucha. Lleva tiempo lograrlo, y no es que no pase por momentos difíciles o confusos. Esperar en Dios no es lo más fácil, pero sí lo más seguro.
Lo más importante es abandonarse.
Cada creyente tiene su propia forma de orar y eso es bueno. Porque pienso que a Dios le gusta la sinceridad, la apertura, el diálogo.
La conversación con ese amigo me ha dado motivos para escribir sobre la importancia de la oración en la vida cristiana, y porqué no decirlo, para aquellos también que no lo son.
Vivimos siempre de insolencia y rebeldía. Por eso nuestras vidas y sociedades están muy mal. Y no basta con estar bien, porque cuando lo estamos parece que olvidamos orar.
Pero hay quienes lo hacen desde mucho tiempo y en silencio. Pareciera que gracias a estas personas, el mundo no se ha perdido por completo.
Me gustaría entonces dejarles cuatro recomendaciones al respecto:
1. La oración fortalece el espíritu humano. Para ello, demuestre una actitud espiritual abierta a la gracia de Dios. Él sabe bien lo que vamos a decir o pedir. Por lo tanto, sea su primer acto la confianza.
2. La oración no es un acto de magia, porque Dios no lo es ni lo será. Es un Padre siempre en espera. Pero para ir a Él tenemos que hacerlo a través de su Hijo Jesús. Con sencillez, nobleza y determinación o propósito de que nuestra vida será diferente.
3. La oración requiere alimento. La fuente alimenticia de la oración es la lectura y meditación de la Palabra de Dios, la práctica de las virtudes cristianas, la Eucaristía y la ejemplaridad de nuestros actos humanos.
4. La oración requiere paciencia y estar aprendiendo de continuo en la escucha de la Voluntad del Padre. Voluntad muy exigente, que evadimos con frecuencia. La confusión y el desánimo en el diario vivir, particularmente en las duras pruebas, enfermedades o muerte, nos pueden conducir al alejamiento o desprecio de Dios. Confíe en el Señor! Porque Él es fiel a su palabra, a su promesa.
Qué oportuno fue recibir ese mensaje de amistad!




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