ESPERANDO EL AMANECER

Cada día le agradezco a Dios por permitirme contemplar el amanecer y disfrutar el nuevo día.

Hay muchas personas que no lo logran, que viven en la enfermedad, en el pecado o están prisioneras.

Hecho fuera la obscuridad con la Cruz de Cristo, haciendo votos y manteniendo mi fidelidad a Él, a pesar de tantos embustes y la tibieza de hombres y mujeres que prefieren vivir a medias y dejarse vencer por la tentación del Maligno.

Caminamos en medio de oscuridades, rodeados de soldados y traidores. Ningún lugar es seguro.

Abrazo a los pequeños y junto a ellos oramos para que su mañana sea diferente; que no falte el pan y el agua, ni el hogar y el lecho del descanso. Que no se borre la sonrisa de nuestros labios ni la alegría y la fe de nuestros corazones. Para que podamos adorarte frente a tu Altar y compartir el pan.

¡Cuánto anhelamos la paz Señor Dios Altísimo!

Mientras buscamos cómo entendernos, hay quienes planean nuestra muerte y acechan de día y noche. Padre Eterno, no dejes que caigamos en la trampa de los malhechores.

Abre las mentes endurecidas por las ambiciones desmedidas, arranca la piedra de sus corazones, doblega sus brazos que nos amenazan cobardemente.

Sana nuestros corazones de odio y venganza. Haz que brille tu Justicia!, oh Dios misericordioso.

Despeja de nuestros sueños las pesadillas y que nuestro descanso repose en tus brazos amorosos.