ESE NUEVO DÍA HA LLEGADO

Cómo lo esperaba, desde temprano. La casa está limpia y ahora la bendeciré en su nombre.

Oh, Señor, ha llegado ese nuevo día del año. Un año que iremos despertando como las flores de la mañana que ven al cielo azul.

Abrazando a los que amo, y a los que están lejos, y a los que no veo hace ya tiempo.

Ven conmigo amado Dios, camina conmigo como en el Edén lo hiciste un día.

Bendice mis propósitos, mis sueños, mis planes.

Haz que los vientos fríos no atemoricen nuestros corazones y que nuestro espíritu se mantenga fiel y firme ante los vientos y tormentas. Pues sé, amado Dios, que tú estás a mi lado.

Cómo te esperaba nuevo amanecer, porque los anocheceres han sido largos y tristes. Arranca de mi alma la angustia y el vacío que llevo.

Enciende la aurora de tu Gloria. Alégrense los cielos, que la tierra se goce, por eres el Único y reinas sobre todo y en todos.

Bendice a tus hijos e hijas; bendice la tierra, campos y bestias; derrama tu gracia sobre la heredad que nos das con alegría.

Te canto y alabo, y escucho tu voz dentro de mí, como suave música. No me abandones amado, aunque mi corazón se confunda.

Bendito sean los días que vendrán, cantaré tus alabanzas. Abrazaré a mis hermanos, tus hijos; besaré y levantaré en mis brazos a tus hijos los más pequeños y abandonados.

Y... caminaré junto a aquellos que aún sufren y lloran, pues amados son por Ti. No olvidaré sus nombres y mi plegaria estará ante tu altar sagrado.

El Señor, ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. (Salmo 95:14)

Te espero Señor, en el despertar del nuevo amanecer de tu Creación.