ES MEJOR PARTIR
- estradasilvaj
- 19 may 2021
- 2 Min. de lectura
El Evangelio de San Juan (14,28) nos ha recordado lo siguiente: "Si me amaseis de veras, os alegraríais de que fuera yo al Padre".
Lo ha dicho Jesús después de visitar resucitado a muchos de sus seguidores, Apóstoles, personas en diversos lugares. A punto de regresar a la Casa del Padre, le ha dicho a sus amigos que deberían alegrarse por su partida.
Además, él les ha prometido la llegada del Espíritu Santo. ¿Por qué entonces entristecerse?
Nos pasa lo mismo. No quisiéramos que nuestros padres, familiares y amigos partieran. Tras una grave enfermedad o de un trágico accidente, con dolor ya no lo veremos más.
Estoy pensando en muchas personas, conocidos y amigos que han fallecido, y quizás no hubo un minuto para despedirnos. Es muy triste.
Jesús, pienso que nos quiere dejar un mensaje con esas palabras.
De alguna manera, acabamos nuestra tarea, llegamos al final de la jornada. Cumplimos bien que mal nuestra misión y nos toca regresar. Darle campo a otros que continúen con el trabajo.
A veces el resistirnos en partir nos trae mayor dolor a todos.
Recuerdo a mi querido abuelo quien falleció a los 103 años, que se despedía cada año de mí. Pero, al siguiente año lo iba a visitar. Ya anciano, enfermo, padeciendo mucho. Me avisaron que estaba ya malito, fui a verlo y lloré esa tarde. Había una larga historia detrás, bellos recuerdos y su inmenso cariño por mí. En pocos días, partió.
Es mejor partir que seguir en esa angustia y dolor. La vida nos da oportunidades y lo que nos mantiene quizá vivos, es el amor. Ese vínculo tan hermoso.
Jesús le pide a los Apóstoles que se alegren que va al Padre. Lo mismo nosotros, demos gracias y sintamos gozo porque nuestro ser amado va al encuentro con nuestro Padre Celestial.
No quedamos solos. Quedan los recuerdos y una presencia especial en el corazón. Es más, unidos a la oración, el Espíritu, ese del que Jesús nos prometió, vendrá a nuestra vida. A renovarla, hacerla más gozosa.
Porque la vida no es un camino hacia el desfiladero oscuro y frío de la muerte. No lo es. Es muy posible que hagamos de la vida eso, pero no lo es. Me parece muy pesimista y trágico este sentimiento.
Así que, quiero invitarlos a encontrar en el sufrimiento y dolor de la partida de un ser querido, la ocasión de acompañarlo a su encuentro con Dios. Un Dios que nos ama y nos espera con los brazos abiertos.
Me uno a los más profundos y dulces sentimientos de sus familiares y amigos que están enfermos gravemente o han fallecido.
El Señor verdaderamente ha resucitado. Aleluya!
Bro George




Comentarios