ENCUENTRO JUVENIL: CAMINANDO HACIA LA PASCUA
- estradasilvaj
- 29 abr
- 7 Min. de lectura
Este próximo sábado realizaremos el Encuentro Juvenil donde participaran adolescentes y jóvenes de barrios humildes de la periferia. Será para ellos un espacio interesante para reflexionar acerca del significado de la Cuaresma al acercarse la Semana Santa.
Les comparto el tema desarrollado que servirá para una tarde llena de un gran espíritu, palabra y compartir entre los adolescentes y jóvenes. El encuentro se apoyará en estas actividades:
• Dinámica de reflexión grupal: "¿Cómo puedo vivir mi fe siendo joven?"
• Taller de oración y meditación (cómo hacer oración personal en este tiempo).
• Propuestas de acciones concretas de sacrificio: "Lo que puedo hacer por otros".
• Reflexión y discusión sobre el valor de la solidaridad en la Cuaresma.
• Oración comunitaria y compromiso cuaresmal.
VIVIR LA CUARESMA CON JUVENTUD Y FE
La Cuaresma es un tiempo especial dentro del calendario litúrgico cristiano. Para muchos, puede ser solo una temporada de sacrificios superficiales, pero en realidad, la Cuaresma es una invitación a un cambio profundo de corazón, un regreso a Dios, y una oportunidad para renovar nuestra identidad en Cristo. Para los jóvenes, este tiempo puede convertirse en un verdadero despertar espiritual. Pero, ¿cómo vivir la Cuaresma con juventud y fe? ¿Cómo podemos hacer de este tiempo una oportunidad real de transformación?
"No dejes que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, sé un ejemplo para los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza." (1 Timoteo 4,12)
Este pasaje nos invita a ser ejemplos de fe y amor, independientemente de nuestra edad. Vivir la Cuaresma no es un reto que solo los adultos deban enfrentar; como jóvenes, tenemos el poder de vivir este tiempo de una manera vibrante, llena de autenticidad y renovación. La Cuaresma es una oportunidad para afirmar nuestra identidad en Cristo, y vivirla de manera que resuene en nuestra vida cotidiana, afectando nuestras decisiones, relaciones y acciones.
1. ¿Qué es la Cuaresma? Un tiempo para un cambio verdadero
La Cuaresma no es simplemente un tiempo de “hacer sacrificios” o de dejar de comer ciertos alimentos. Es mucho más que eso. Es un tiempo de introspección, de reflexión, de renovación espiritual. En la sociedad actual, llena de distracciones y ruidos, la Cuaresma nos invita a hacer una pausa, a mirar hacia adentro y descubrir qué aspectos de nuestra vida necesitan un cambio.
"Vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento." (Joel 2,12)
El llamado de Joel es claro: la Cuaresma es un tiempo para regresar a Dios de todo corazón. No es solo un tiempo para arrepentirnos de nuestros errores, sino para abrirnos a un cambio real. Si bien el ayuno, la oración y la limosna son prácticas fundamentales, en realidad son medios que nos conducen a un cambio más profundo: la conversión del corazón. Esta conversión no es un evento aislado, sino un proceso continuo que se debe integrar en nuestra vida diaria.
Para los jóvenes, esta idea de conversión puede parecer algo complicado, pero no tiene que serlo. Vivir la Cuaresma con juventud y fe significa tomar decisiones conscientes para acercarse más a Dios. Y cada pequeña acción cuenta. Por ejemplo, si decides dedicar unos minutos de tu día a la oración, aunque parezca algo pequeño, estás dando un paso hacia ese cambio. Cada gesto cuenta para construir una vida más alineada con los valores cristianos.
2. La oración: Hablar con Dios de corazón a corazón
La oración es el primer pilar de la Cuaresma. Pero, ¿qué significa realmente orar? A veces, la oración puede parecer un acto mecánico o repetitivo. Pero, en realidad, la oración es una conversación genuina con Dios. Como jóvenes, tenemos la oportunidad de hacer de la oración una parte vital de nuestra vida diaria, y no solo un ritual religioso.
"Cuando oren, no usen vanas repeticiones, como hacen los paganos, que piensan que por su mucha palabrería serán escuchados." (Mateo 6,7)
Jesús nos enseña que la oración no se trata de la cantidad de palabras que usamos, sino de la calidad de nuestro corazón. La oración verdadera es esa que brota de lo más profundo de nosotros, aquella que nace de nuestra necesidad de conectar con Dios y de buscar su guía. La Cuaresma es una oportunidad para aprender a orar con más profundidad, para escuchar a Dios en el silencio y responderle con sinceridad.
Recomendación práctica:
Crea un espacio personal para la oración. Si puedes, dedica un lugar tranquilo donde puedas estar a solas con Dios, sin distracciones. Esto no significa que tengas que orar solo en la iglesia. Puedes orar en tu habitación, en el parque, o incluso durante tu trayecto hacia la escuela.
Haz oraciones breves pero significativas. Puedes empezar con oraciones sencillas, como el Padre Nuestro, y reflexionar sobre su significado, o incluso hablar con Dios como lo harías con un amigo. No se trata de orar mucho, sino de orar con el corazón.
3. El ayuno: Renunciar a lo que nos aleja de Dios
El ayuno es otro de los pilares de la Cuaresma. Tradicionalmente, el ayuno se ha entendido como la abstinencia de ciertos alimentos, pero en realidad, el ayuno es mucho más que eso. El ayuno es una forma de renunciar a algo que nos distrae de lo esencial, de algo que toma un lugar demasiado importante en nuestra vida y nos aleja de Dios.
"Pero cuando tú ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para que no se vea por los hombres que estás ayunando, sino solo por tu Padre que está en lo secreto." (Mateo 6,17-18)
El ayuno debe ser un acto de humildad, no un acto de exhibición. Jesús nos recuerda que el ayuno debe ser realizado en secreto, sin buscar el reconocimiento de los demás. Esta es una de las claves para vivir el ayuno con autenticidad. En lugar de centrarnos en lo que estamos renunciando, debemos enfocarnos en lo que estamos ganando: una relación más profunda con Dios.
Recomendación práctica:
Ayuna de algo significativo. Piensa en algo en tu vida que esté ocupando demasiado tiempo o atención y que te aleja de Dios. Puede ser algo material, como las redes sociales, la televisión, o los videojuegos. Al renunciar a eso durante la Cuaresma, estás abriendo espacio para acercarte más a Dios.
Usa ese tiempo para algo positivo. En lugar de perderte en las distracciones, dedica ese tiempo a la oración, al servicio de los demás o a reflexionar sobre las Escrituras. Verás cómo, al hacer esto, el ayuno se convierte en una oportunidad de crecimiento espiritual.
4. La limosna: Ser generosos con lo que tenemos
La limosna es el tercer pilar cuaresmal. Pero, de nuevo, la limosna no es solo un acto de dar dinero. En el Evangelio, Jesús nos invita a ser generosos con lo que tenemos, pero también con lo que somos. La limosna es una forma de vivir el amor al prójimo, y más allá de lo material, es un acto de servicio desinteresado.
"El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene comida, haga lo mismo." (Lucas 3,11)
La limosna no es solo una práctica de caridad. Es un recordatorio de que todo lo que tenemos, en realidad, es un regalo de Dios, y que debemos compartirlo con los demás. Como jóvenes, pueden poner en práctica la limosna de muchas formas: no solo con dinero, sino también con tiempo, atención, y amor.
Recomendación práctica:
Practica la generosidad. Haz un esfuerzo consciente por ayudar a quienes te rodean. Ayuda a un compañero de clase, a un amigo que lo necesite, o a un miembro de tu familia. La generosidad no siempre requiere grandes gestos; a veces, basta con estar presentes para los demás.
Participa en actividades de servicio. Puedes involucrarte en actividades de voluntariado o en proyectos comunitarios que te permitan ayudar a los más necesitados. Este tipo de acciones te permiten vivir la limosna de manera práctica y concreta.
5. Vivir la fe con valentía: Ser luz en el mundo
Finalmente, vivir la Cuaresma con juventud y fe es un llamado a ser luz en el mundo. Jesús nos dice: "Ustedes son la luz del mundo. No se puede esconder una ciudad situada sobre un monte." (Mateo 5,14). Como jóvenes, estamos llamados a vivir nuestra fe de manera auténtica y valiente. Vivir nuestra fe no solo es un acto interno, sino un testimonio visible para aquellos que nos rodean.
Recomendación práctica:
Sé un ejemplo de fe. No tengas miedo de compartir tu fe con tus amigos y familiares. Aunque el mundo a menudo minimiza los valores cristianos, tu testimonio puede ser una fuente de luz y esperanza para los demás. No se trata de hacer grandes cosas, sino de vivir con coherencia, haciendo lo correcto, aun cuando no todos lo comprendan.
Haz de tu vida una oración continua. Recuerda que tu vida misma es un acto de adoración. Cada vez que tomas una decisión, cada vez que interactúas con los demás, estás haciendo una declaración de lo que es importante para ti. Vive con valentía, sabiendo que Dios está contigo y que, a través de tus acciones, puedes hacer una diferencia en el mundo.
La Cuaresma es un tiempo de transformación. No es solo un periodo de sacrificios temporales, sino una oportunidad de compromiso con Cristo para toda la vida. A través de la oración, el ayuno y la limosna, estamos llamados a vivir con autenticidad nuestra identidad cristiana, y a ser un ejemplo de fe y amor en el mundo.
"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame." (Mateo 16,24)
Este es el llamado de Jesús a cada uno de nosotros. Vivir la Cuaresma con juventud y fe no es un reto fácil, pero es el camino hacia una vida auténtica en Cristo. Los invito, jóvenes, a tomar este tiempo de gracia con un corazón abierto, a abrazar el compromiso de vivir una vida cristiana genuina, y a ser esa luz que el mundo tanto necesita.




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