EN LA ROCA

Estoy arrepentido y no me basta estarlo. Ya no puedo rehacer lo hecho. Y volver atrás no quiero. El pasado no me satisface.

Aunque mi corazón está contrito, siento que mi espíritu continúa enjaulado. ¿Cómo puedo Señor romper la bridas que atan mis manos? ¿Qué he de hacer para ver la vida como un proyecto de amor?

No entiendo este mundo que se desboca hacia desfiladeros de manera ciega y sin comprender tu Palabra.

Estoy aquí frente a la piedra, que no sé cual es más dura. Si mi cabeza o la roca misma.

Me has hablado y escuchado que aquel que se arrepienta de su mal y obra conforme al derecho y a la justicia será salvo; mas también, si el justo se aparta del derecho y la justicia y obra mal, será castigado.

Te pido que me ayudes a obrar según el derecho y la justicia. Pero, sobre todo, de buscarte a Ti, de amarte con todo lo que soy. Permanecer fie a mis votos y de no traicionarte con mis palabras y pensamientos.

Ilumina mi mente antes de la aurora y ayúdame a ser agradecido, en el ocaso. De ser capaz de verte y servirte con humildad en quienes necesitan de tu amor y misericordia.

Convertir cada minuto, cada segundo de mi vida en un encuentro contigo. Porque contigo podré llevar los años como nuevos, a pesar, que mis fuerzas se vayan acabando. Pero por dentro, aún vivo, late mi corazón con el deseo ardiente de pertenecerte por siempre. Y cuando ya la vela se haya acabado, recibir tu abrazo de Padre amoroso. Seguir caminando hasta nunca más dejarte de mi lado, porque tú, amado Dios, te has quedado por encima del tiempo. Tú, amado Dios, te has olvidado de mis pecados.