EN LA FIESTA DE CRISTO REY

De temprano hemos bautizado a cinco niños en la Catedral de la Inmaculada Concepción de María, en la capital de Managua. Con alegría celebrando a Cristo Rey del Universo y una bonita procesión con Jesús Sacramentado en los alrededores de la magna Catedral.

"Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES" (Apocalipsis 19,16). ¿Qué significado tiene la fiesta de Cristo Rey? Es la última semana ordinaria en la Liturgia de la Iglesia para dar inicia al Adviento, la preparación al Nacimiento de Nuestro Señor, que conocemos como Navidad. Los aires de diciembre llenos de colores, cantos, fiestas y ceremonias ya se viven.

Cristo Rey nos invita a tres actitudes fundamentales en la vida de todo cristiano:

1. Reconocer el Señorío de Cristo. Es en Cristo que todo se une y todo converge hacia Él. "Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (Isaías 9,6). Todavía existes reyes, príncipes y soberanos... pero uno es mayor que todos ellos, por encima de ellos: CRISTO!, reina sobre cielos y tierra, por lo alto de toda nación y estirpe.

Coloquemos en el corazón de nuestras vidas, en el corazón del hogar, de nuestros hijos a Cristo. Pensar como Cristo, actuar como Cristo, amar como Cristo.

2. Sirvamos a Cristo en los hermanos, en el prójimo. Nuestro mundo, nuestra sociedad necesita una verdadera solidaridad. No una condiciona a plazos, ideologías, reconocimientos. Sino una que salga de un corazón libre de egoísmo y entregado al bien, a la generosidad.

En todo tiempo es bueno hacer el bien, pero en Navidad es una fecha especial para compartir no sólo con la familia y amistades, sino con los desamparados.

Cristo nos invita a que le sirvamos en los desposeídos, en los que nadie se acuerda. Te invito a que apoyes a tu parroquia, al misionero, al que se dedica en nombre de Jesús, a extender su Reino en la tierra.

3. Promover un reinado de justicia y paz, pero sobre todo, de amor. "Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz" (Juan 18,37).

Vivimos un tiempo donde las injusticias, la violencia y los planes de guerra se diseñan en las mesas de los poderosos. Pero, nosotros los cristianos, también trabajamos en la construcción de la justicia, de la paz verdadera. Sin amor y sin ser testigos de la verdad no podemos alcanzarlas.

Cristo nos invita a vivir y practicar los valores del Reino de Dios. Es nuestro deber por la fe de trabajar en esa dirección, donde esta realidad de un reino para siempre, se cumplirá más allá del tiempo y de este espacio.

Te pido que no dudes en vivir una vida cristiana transparente, llena de fe y alegría, de esperanza y confianza, de fortaleza y de deseo de Dios.

Pide a Jesús, clavado en la cruz lo que aquel hombre que reconociendo sus faltas, le dijo:

«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso». (Lucas 23,43)