EN EL CAMINO DE LA ESPERANZA
- estradasilvaj
- 23 sept 2022
- 2 Min. de lectura
Todos tenemos en más de un momento de nuestras vidas grandes pruebas, y una de ellas, es la salud. Pero, es la menos que cuidamos.
Pasé saludando a unos ancianos. A dos de ellos encontré saludables, a tres muy tristes y enfermos.
A los saludables, dimos gracias por su salud y las fuerzas para vivir, por el amor de Dios.
A quienes sufrían, tomé sus manos y oré con ellos. En ese momento, deseaba pasarles un poco de mis fuerzas y ver en sus rostros alegría.
Todos los días, las calles las veo llenas de jóvenes, de parejas y de muchísimos niños. La vida ha borbotones. La vida detrás de la esperanza.
Cuán importante es comprender que la vida que cada uno posee es valiosa, y el tiempo, se acorta cada vez más. Hay quienes corren sin freno y se estrellan, se pierden. Hay otros que no les importa y malgastan su vida dejándola sucumbir sin una historia qué contar, sin una pasado bueno y feliz.
¿Qué significado puede tener la vida para un hombre o una mujer, sea joven o ya adulto, si Dios no habita en su corazón?
Cuando Dios está en el corazón humano, la vida tiene un sentido, un mérito, una vocación, una esperanza diferente.
La esperanza nos mantiene vivos. Saber que Dios no nos ha dejado solos y en manos de un destino fatal.
Me he encontrado con muchas personas de todas las edades. En sus ojos he visto una gran luz de esperanza y de amor; en otros, de dolor y sufrimiento.
Les he pedido que sean valientes y nunca insensibles. Que abran su corazón a la generosidad y al consuelo.
Hay dentro de cada hijo de Dios una gran fuerza, una fe que necesita crecer, un corazón para amar limpio, una mente serena para encontrarlo.
Por ello, mi plegaria elevo sin cesar y con la confianza plena de que Dios oirá mi voz. Hágase Señor, tu santa voluntad. Amén.




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