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ELLA... Y EL VINO

  • Foto del escritor: estradasilvaj
    estradasilvaj
  • 30 oct 2022
  • 3 Min. de lectura

Había recibido un mensaje en el celular de un número desconocido. Este decía:

"Lo espero a las 20 horas en el Restorán La Plaza Alta".

No visitaba de costumbre esos lugares desde hace tiempo. Es una zona especial, de bares y comidas exóticas.

Había tenido una jornada agotadora, bastante complicada porque mis planes no estaban caminando como lo esperaba. Se acercaba fin de año y el proyecto del Oratorio suspendido el año pasado, no le miraba un rumbo esperanzador.

Hoy por la mañana recibí un chat de un amigo que decía que aportaba $50 dólares. Ya es un inicio para los $5,000 que necesito.

La tarde se fue haciendo noche y la hora de la cita llegó.

El taxista sabía dar con el sitio, mientras me arreglaba el cuello de la camisa. Al bajar sentí el lugar muy extraño. Un raro lugar para un brother.

No sabía por quién preguntar, mas una joven señorita me condujo a una mesa discretamente arreglada. La bella niña grandecita me dijo dulcemente: "Su compañía estará pronto".

Y repetí para mí: "su compañía?" Y qué lugar es este en donde me he metido?

La música de violines y piano daban una atmósfera romántica e intimidad. Estaba yo fuera de base. Hasta que... de pronto vi venir solemnemente a una escultura femenina. Su rostro fresco, de fina sensualidad y con un aire de determinación. Bueno... Yo me sentí atrapado.

De pie le estreché su suave mano. Me pidió que tomara asiento y que me sintiera en casa. Pero si en mi casa nunca me siento así!, me dije a mi mismo.

"Mi nombre es París, dijo con suave voz. Lo he invitado a este excéntrico lugar porque aquí somos desconocidos, pero usted no lo es para mí". Yo estaba sin decir nada.

"Quiere una copa de vino?" Sí, claro con gusto la acompaño. Gracias. Sabe, le dije: esto es una sorpresa para mí y disculpe si parezco un novato a mis años.

Ella siguió: "No importa. Hay en usted un don especial y su forma de ser es atractiva". Yo, cada vez más impresionado e incapaz de replicar. Sentí una vergüenza...

"Beba un poco de vino". Es muy sabroso, le comenté. "Es francés", dijo ella.

"Se me ha encargado una misión para usted. No será fácil pero contará con nuestra ayuda en todo momento. Usted se da cuenta de lo mal que vive este mundo y posee un poder para acompañar a quienes sufren, y lo hace tan discreto. Usted será uno de los elegidos para renovar los corazones humanos".

Ciertamente, no sabía qué pensar o responder. O qué creer acerca dw semejante tarea. Aquello era tan increíble, algo como "misión secreta o imposible". Tomé otro sorbo de vino.

"A usted se le unirán muchos otros y le darán el apoyo que usted les pida y sea necesario.

Edifique un lugar santo, un oratorio donde usted pueda vivir más cerca de Dios. Al comienzo sentirá poco apoyo, pero luego los corazones generosos acudirán a usted. Porque también ellos serán parte del plan de un nuevo tiempo para los hombres y mujeres. Allí, no habrá diferencias.

Todo lo demás, lo sabrá dentro de poco. Los tiempos serán confusos y llenos de males, pero su fe y su amor por los más despreciados y frágiles lo hará fuerte. Allí estaremos con usted".

De pronto todo acabó y quedé sólo en la mesa. Me quedé hasta consumir la botella de vino mientras pensaba lo ocurrido. No estaba seguro si había sucedido, pero algo sé. Cómo sabía ella lo del Oratorio?

Regresé a casa caminando y en una esquina sentado en el porche recé el santo rosario.

Les confieso que aquellos ojos de tan linda dama, no los he podido olvidar. Mañana, será un mejor día para la misión que ahora tengo.

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