EL TERCER PLANETA
- estradasilvaj
- 10 feb 2023
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Transcurrieron varios miles de años para que James Dongger regresara a su planeta de origen. Tuvo que esperar el paso de muchas generaciones y la tecnología adecuada para unirse al equipo exploratorio.
La nave nodriza aterrizó por vigésima vez y èl reconoció los manantiales y lagos que cubrían aquel hermoso planeta verde.
Para que no fuera conocido, había mantenido su identidad en secreto. El equipo científico buscaba evidencias del pasado del planeta que ahora yacía estéril.
Para James, el secreto estaba en las profundidades, en el lado oscuro de la Luna y en la tercera luna del quinto planeta sideral.
Sus antepasados habían visto el nacimiento del tercer planeta azul, la Tierra. Cómo aquel planeta fue impactado por varios asteroides, y cuándo su planeta cambió por el impacto de un letal monstruo espacial que obligó a su pueblo a buscar otros lugares para sobrevivir.
No fue la guerra, ni la contaminación, ni el odio que condujo a su destrucción. El golpe del enorme asteroide había desviado la órbita y el Sol modificó toda clase de vida.
Es mediado del siglo XXIII. La Tierra ha cambiado drásticamente y ha perdido su capacidad de regeneración de vida natural. La población humana ha sido diezmada en más de un tercio por enfermedades, guerras y cambios del clima. El hambre ha extinguido a pueblos enteros.
James, cuyo nombre verdadero es Lax-Iter-Mdun era parte de una avanzada de sabios que habían llegado después del impacto del asteroide en la Tierra. Se establecieron en una isla donde desarrollaron una sociedad muy avanzada, aislada del resto de los nuevos continentes. Vivían su mayor parte en las profundidades del mar y el clima era muy parecido a su planeta.
Iter-Mdun (James) se separó del grupo y buscó el cono de acceso que lo llevaría a los suyos que habían esperado demasiado tiempo para revelar el secreto del origen del hombre.
El momento había llegado. Las fichas del ajedrez cósmico ocupaban su posición y la Tierra atravesaba un mayor peligro: su extinción total.
Iter-Mdun se encontró con los suyos. Los Líderes emergieron a la superficie y concertaron un encuentro con el equipo científico terrestre en una localización no muy lejos.
Iter-Mdun, padre de la última generación, en nombre de los Líderes se dirigió a los cosmonautas y a los medios de la NASA y Centro Global Galáctico Espacial, diciendo:
"Hermanos de la Tierra:
Nos une un mismo lazo creador. Hemos habitado y convivido con ustedes por más de 10 milenios.
Les hemos acompañado desde que aparecieron en el universo y nuestras huellas están no muy distantes de vuestros ojos y conciencia. Hemos sido testigos de las glorias y crueles guerras que han ensangrentado muchas generaciones.
Ahora son esclavos del dolor y la muerte. La libertad y el bien han sucumbido. Vuestros rostros llenos de tristezas y agobio son el espejo de vuestras almas ennegrecidas por el mal.
Adónde han dejado su alma y espíritu? Por qué han olvidado a su Creador?
Hemos visto su Luz desde todos los tiempos. Nosotros somos anteriores a vosotros y no conocemos cuerpo material, aunque podemos habitarlo.
Os pedimos que no dejéis morir vuestro espíritu en la nada y que unidos venzáis el mal que esclaviza vuestros corazones.
En un tiempo determinado que no conocemos, la Promesa del Creador se cumplirá, y nosotros junto a Él estaremos por siempre reinando con quienes a Él le plazca. Será entonces todo nuevo.
Ahora es tiempo de arrepentirse y cambiar, porque habrá tiempo que no será ya posible".
Y los hombres y mujeres de todo lugar oyeron sus palabras. Muchos aceptaron de buena fe y otros, prefirieron las tinieblas que a la Luz.

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