EL DÉCIMO SE HA IDO

Se ha marchado y con él, los sueños y trabajos, las metas y las desilusiones... Ya no veremos más ese pasado.

Quien trabajó mucho y logró, festeja. Quien prefirió no hacer nada, no tiene nada que festejar. No se puede continuar así.

Estos tiempos tan poco cuerdos, exigen arrojo, valor, sacrificio, tenacidad, emprendimiento, determinación y furia.

Noviembre arranca con dos festividades. Una dedicada a Todos los Santos, y la otra, a la memoria de los Difuntos.

Y sobre ambas giran diferentes rituales, fiestas, bailes... Que difícilmente se podrán celebrar como en años pasados.

Quiero invitarte a celebrar este inicio de Noviembre, como lo haré yo.

1. Alabanza matutina con el rezo de Laudes, la oración de la mañana. Oración de agradecimiento y glorificación del nombre de Dios. Con otros en online o en privado frente a un Crucifijo y una vela encendida.

Dios es único y santo.

2. Al atardecer, el rezo de las Vísperas, oración de la tarde, glorificando a Dios rodeado de sus santos Ángeles y Santos.

Tanto en la mañana como en la tarde, enuncio todos los nombres de amigos, familiares y personas que han solicitado oraciones.

3. Antes de dormir, el Santo Rosario a la Santísima Virgen, Madre de Dios. Por todos los enfermos, moribundos y quienes se encuentren en difíciles situaciones

4. Al amanecer del 2 de Noviembre, rezaré las oraciones y plegarias, salmos y cánticos, lecturas y preces por todos los Fieles Difuntos.

5. Visita al Cementerio, bendición de los sepulcros y personas, Requiem y cánticos. Gestos de consuelo, esperanza, fe y alegría.

6. Al atardecer, la Oración de la tarde propio del día. Una meditación extensa por todas las personas fallecidas.

7. Al anochecer, la Coronilla de la Divina Misericordia. Cristo vencedor de la muerte y el pecado, quien nos da su Resurrección.

Me uno a todos los cristianos, católicos y creyentes gritando: Ven Señor, Maranatha!

No olvidaré sus nombres y rostros.

Por favor envíeme sus intenciones.