EL ASOMBRO

Se acercaba el día, como los granos de maíz cayendo en el comal que juntos se hacen muchos.

La luna empieza a ser nueva y el astro brillante, feliz se asoma dejando caer un rayo de luz a lo lejos.

¿Qué esperan los hombres del nuevo día, mientras unos confabulan leyes malvadas y terribles?

La gente empieza a llevar regalos, alimentos, avituallamiento y no sé que otras muchas cosas más. Cómo atesoran cosas y no los bienes del cielo.

Esta Navidad no será como hace dos o tres años atrás. La situación era quizás mejor. Pero esta Navidad, no será la misma.

Sin embargo, podemos descubrir en ella con asombro las maravillas que Dios continúa mostrando al corazón de hombres y mujeres.

Perder el asombro es como dejar la sonrisa y la mirada al filo de la nada.

Hay muchas falsedades y noticias sin verdad en nuestros tiempos, que nos han robado el asombro y nos han impuesto el miedo y la ansiedad que domina y esclaviza, que paraliza el alma, que niega a Dios.

A un día quizás, de la llegada del Señor Jesús, de su natalicio, eleva tus manos al cielo y déjate asombrar por la estrella de Belén que nos señala el camino hacia Él.

Mira que mi corazón late de alegría en la esperanza, y mi rostro se ilumina al contemplarlo en su pequeñez, en su humildad a tan grande y poderoso Dios.

Bendita sea la Navidad que nos trae la alegría de una esperanza llena de gozo y paz.