EL AGUA DEL JORDAN
- estradasilvaj
- 14 ene 2023
- 2 Min. de lectura
El Bautismo de Jesús inaugura el inicio de su misión en el mundo.
En esta celebración renovamos nuestra profesas bautismales, promesas de fidelidad a Dios, promesas de fidelidad a la Iglesia. Promesas que sólo por la fe serán posibles.
No dejamos atrás los bellos acontecimientos de la Navidad y la Epifanía. No. Más bien, nos comprometemos a una vida cristiana más diáfana, fiel y profundamente sincera.
Uno de mi niños no quería que se guardara el Árbol de Navidad. A él, le inspiraba mucha alegría, paz y esperanza. Le dije, que lo vamos a guardar en nuestro corazón y que mantendremos las luces y colores encendidos y vivos todo el año. El rostro de cada niño nos debería recordar el propósito que Dios tiene para todo hombre y mujer en este mundo, y en particular, los valores que heredamos: pureza, humildad, sencillez, asombro, apertura, amor y paz.
Jesús se ha sumergido en las aguas del Jordán, para que también nosotros nos sumerjamos en la agua de la renovación espiritual, para recibir el bautismo del Espíritu Santo, el fuego que nos envuelve.
Le comiendo en este día para usted y su familia:
1. Participar en la Celebración eucarística, renovar sus promesas bautismales y mantener su fe siempre viva.
2. Presentar ofrendas al Sacerdote, pues de esta manera contribuimos a su ministerio y sostenibilidad.
3. Realizar una ofrenda o ayuda a personas, obras, misiones y programas humanitarios.
4. Sea portador de la gracia que Dios le ha dado por la eucaristía, su Palabra y renovación de su fe, en el seno de su familia, amigos, colaboradores y vecinos.
5. Sea testigo de los milagros de Dios en el mundo. Cada día es nuevo y es una bendición. Haga de su vida un signo del amor de Dios al hombre.
Ponga agua limpia en una pana, preséntesela a Dios como ofrenda mañanera, que la bendiga. En su nombre, báñese y sentirá una sensación extraordinaria. Si no se ha bautizado, es el momento.
"Oh Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo en quien te has complacido. Sumérgenos en la fuente viva, renueva nuestra alma y limpia nuestro cuerpo de toda enfermedad y pecado, pues queremos ser tu hijos y obtener tu beneplácito. Enviamos al Espíritu Santo y llena nuestros corazones y vidas del fuego de tu amor. Amén."
Desde ahora, viviré sumergido en tu santidad.

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