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DESDE LA SINAGOGA

  • Foto del escritor: estradasilvaj
    estradasilvaj
  • 8 jun 2022
  • 3 Min. de lectura

Jesús desenrolla el libro sagrado y realiza una lectura del profeta Isaías. Aquellas palabras resonaron en la sala como campanadas en los corazones de los asistentes, cuando el mismo Jesús les decía que se daban cumplimiento aquellas profecías que habían esperado mucho tiempo.

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.»

No fueron unas palabras vacías, ni el anuncio o vaticinio de una realidad inalcanzable o utópica. Allí estaba ante ellos, el Mesías. La Palabra hecha carne, el fuego que atrasaría con un mundo sometido a la esclavitud y a la violencia.

Esta Palabra es viva y ardiente hoy y siempre en nuestras vidas y el mundo que lucha por su sobrevivencia la necesita.

Te quiero invitar en este segundo domingo después del inicio del año que nos ha tocado vivir, a aceptar en tu vida la verdad que Jesús nos ha leído en la sinagoga.

1. Dios Padre, Espíritu eterno y vivo, está con Jesús y es su voz, su consagrado, la Palabra que debemos aceptar en nuestros corazones como la única verdad. Jesús, es la luz verdadera del camino, en este mundo confabulado contra el bien, la verdad, el amor y la justicia.

2. Jesús, es la Buena Noticia. No esas noticias que vemos y oímos por diferentes medios. Noticias de sociedades en decadencia, de sistemas que no dan confianza y seguridad humana, que sólo venden mentiras y falacias. La noticia del Evangelio.

3. Es la Buena Noticia a los pobres. El mundo ha quintuplicado el número de hombres, mujeres y familias que viven en la pobreza. Jesús, nos dice que sólo en él hallaremos la solución contra la carencia de alimentos, el despilfarro, el agiotismo, la inflación, la estafa, el robo y tantos otros males sociales e individuales.

4. Jesús es liberación. Por ello, no nos cansemos de luchar por la libertad de los cautivos, de condenar los abusos de poder y de sacar a luz los crímenes de los que se lucran con la violencia, la explotación, el crimen y la extorsión. Es nuestro deber romper las cadenas y de callar las voces de los mentirosos y embaucadores.

5. Jesús, nos devuelve la vista porque permanecemos ciegos aún. Nuestra indiferencia, egoísmo y ambiciones impiden la labor redentora del Señor. Ábrenos los ojos Jesús, arranca de nuestro corazón esa coraza que entume nuestras manos para servir.

6. La opresión crece por todas partes. Los mandatarios continúan con sus amenazas de guerra. Están endiosados de sí mismos, viendo a los pueblos como piezas de ajedrez. Como ensayos de laboratorio o de cálculos de experimentos de un nuevo orden de poder y gloria. Jesús, abate, destruye esos planes de muerte con su sacrificio, con su Sangre inmolada en la Cruz.

7. Porque Dios quiere, nos ha prometido en su Hijo, una era de Gracia, una gran victoria sobre el Mal. Un año favorable, libre de toda enfermedad, fracaso, desesperanza. Sólo en Jesús, lograremos cambiar el dominio perverso, por el poder del amor. Si no lo creemos, nuestro trabajo será inútil.

Empieza entonces ahora mismo, desde donde estés, como te encuentres. La fuerza del Espíritu te dará las agallas y sabiduría para cambiar y seguir adelante con el mandato del Señor.

 
 
 

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